Entre Ríos: Citrícola Ayuí también será china

Fuente: ElEntrerios
Una única firma de China, con fuertes vínculos con el gobierno provincial, va camino a quedarse con todo en Entre Ríos. Además del Frigorífico San José, Cotapa, y la obra de los acueductos, ahora también compra Citrícola Ayuí

No hay dos sin tres. O, no hay tres sin cuatro. Depende de cómo se lleve la cuenta.

Lo cierto es que la presencia china en Entre Ríos crece de manera vertiginosa, siempre de la mano del gobierno entrerriano: Frigorífico San José, Cotapa, Acueductos y, ahora, también Citrícola Ayuí.

La novedad llega justo al terminar enero y cuando la reapertura de los tribunales hacía prever una avalancha de juicios contra la empresa del Grupo De Narváez, que emitió 1159 cheques sin fondos por la friolera de 34,2 millones de pesos.

Una fuente confiable ligada al sector citrícola reveló a elentrerios.com que entre jueves y viernes de la primera semana de febrero se estaría firmando la carta de intención, para documentar el traspaso de la propiedad de la empresa a manos del mismo grupo que compró Cotapa y el Frigorífico San José, encabezado por Cartipam.

Ante los graves problemas económicos y financieros que atravesaba Citrícola Ayuí, desde diciembre circuló con fuerza el rumor de que el gobierno entrerriano había interesado a los chinos para que le tiren un salvavidas. La versión finalmente se confirma.

Una vez más, como ya ocurriera con la empresa láctea paranaense, la industria cárnica sanjosesina y la construcción de los acueductos, la gestión Urribarri apela a una única fórmula: entregar todo a China.

Aunque no se sabe cuál sería el precio de la operación, se especulaba con que rondaría los 140 millones de pesos. Setenta surge al hacerse cargo del pasivo de Citrícola, a los que los chinos agregarían otros 70 millones.

Se espera que la empresa recupere la normalidad, aunque la magnitud de su actividad dependerá del escenario que atraviesa el sector exportador citrícola, que enfrenta un 2015 muy difícil por la caída de Rusia, principal comprador de las mandarinas del nordeste argentino, y la falta de otros mercados alternativos, ya que la apertura de Brasil y Estados Unidos por ahora son sólo anuncios o promesas.

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