Fuente: ElUniversal.com
China está logrando que su imagen sea positiva en América Latina. Eso es lo que se desprende de la encuesta del Latinobarómetro de 2014, donde 11% de los ciudadanos de la región cree que la nación comunista no es democrática.
La imagen que tienen los latinoamericanos de China indica que creen que hay democracia en esa nación -donde un solo partido ejerce el poder-, situando a este país en un rango 5.3 en una escala de 1 a 10: a partir de cinco puede considerarse a un sistema como libre.
La opinión sobre China tiene más volatilidad, lo que sugiere la influencia de la agenda informativa, dice el estudio.
Y esto tiene valor. En una nación donde el Estado controla todos los ámbitos de la vida, incluyendo la información, son escasas las “malas noticias” que pueden leerse y salir de adentro hacia afuera, por lo que la censura sí ha dado resultados positivos a Pekín, al menos en este lado del mundo.
La mejor evaluación de China la tiene Venezuela con 67% y la peor República Dominicana con 43%. Para los expertos la vinculación ideológica del Gobierno venezolano con Pekín y cómo vende el papel de esa nación entre sus ciudadanos está influyendo en la construcción de la opinión pública.
Las buenas opiniones de China fluctúan entre 48% que fue el elemento más bajo en 2003 y 65% que fue el punto más alto en 2011. En 2013 China alcanza 53% de opiniones positivas, en parte por el aumento de la presencia y negocios desde ese país en toda la región.
El pulso entre China y Estados Unidos por asegurarse proveedores confiables de energía y alimentos crece con fuerza en América Latina, donde el país asiático se convirtió en menos de una década en el mayor prestamista de la región, impulsando su imagen entre muchos que hasta hace una década poco conocían del gigante asiático.
Los ciudadanos latinoamericanos continúan asociando prosperidad económica a democracia y desarrollo. No importa que tan libres o represivas sean las instituciones de países como China o EEUU, para una gran mayoría de personas en la región hay escasas diferencias a la hora de hablar de libertades en esas dos naciones.
Estados Unidos, que muchos sitúan como una de las naciones más democráticas del mundo, es separada apenas por un punto de China a los ojos de los latinoamericanos en lo que a percepción democrática se refiere. Que consideren a China como una nación libre evidencia que los conceptos de democracia aún no están claros, o al menos que lo que se enseñan en los colegios al respeto poco se aplica en la vida diaria.
“El funcionamiento de las instituciones, la separación de poderes o el estado de derecho no está claros en la mente de los ciudadanos al evaluar el grado de democracia en países como EEUU o China”, destaca el Latinobarómetro.
53% de los latinoamericanos tiene una opinión favorable de China, aunque Estados Unidos es mejor vista: 69% de los ciudadanos tiene “buena” opinión de esa nación. No obstante, la imagen de Pekín cayó 8 puntos desde 2011, cuando se situaba en 65% de aprobación.
Una de las razones de este resultado, según el sondeo, es que los latinoamericanos se volvieron más críticos y exigentes en lo que al concepto de democracia se refiere. Elecciones libres y partidos no son los únicos elementos a la hora de hablar de democracia, pues se asocia buena economía a libertad.