Fuente: Cointelegraph
La menor demanda china está frenando el crecimiento de LatAm, bajando los precios de las materias primas y reduciendo la inversión. Es urgente un cambio de rumbo.
La economía china está dando señales de estancamiento. Después de que Pekín decidiera, a fines de 2022, terminar abruptamente su estricta política de “cero COVID“, muchos observadores asumieron que el motor de crecimiento de China se reactivaría rápidamente. Después de un largo periodo de cierres pandémicos que llevaron algunos sectores económicos a un paro virtual, la reapertura del país se suponía que impulsaría un gran regreso.
En cambio, la recuperación ha flaqueado, con un rendimiento lento del PIB, una confianza del consumidor debilitada, crecientes enfrentamientos con Occidente y un colapso en los precios de la propiedad que ha provocado que algunas de las empresas más grandes de China incumplan sus pagos.
En julio de 2024, los datos oficiales chinos revelaron que el crecimiento del PIB estaba por debajo de la meta del gobierno de alrededor del 5%. El gobierno finalmente ha permitido que los chinos salgan de sus hogares, pero no puede ordenar a la economía que regrese a su antigua fortaleza.
La relevancia del estancamiento económico chino para América Latina
Sin lugar de dudas, la situación china afecta directamente a América Latina. La interdependencia entre China y América Latina ha tejido un entramado económico tan sólido como frágil. Por ende, la desaceleración económica china, una vez motor del crecimiento global, está generando ondas expansivas que resuenan con fuerza en toda la región latinoamericana.
Como principal socio comercial de muchos países latinoamericanos, China ha sido un consumidor voraz de materias primas. La menor demanda china de minerales, metales y productos agrícolas, pilares de las exportaciones latinoamericanas, está presionando a la baja los precios internacionales y reduciendo los ingresos de estos países. A su vez, la disminución de las inversiones chinas en proyectos de infraestructura, energía y minería está frenando el desarrollo de sectores clave en la región y limitando las oportunidades de crecimiento.
La competencia económica entre empresas chinas y latinoamericanas se intensifica en un contexto de desaceleración económica global. Las empresas chinas, buscando nuevos mercados para sus productos, podrían aumentar su presencia en los mercados latinoamericanos, ejerciendo una mayor presión sobre las empresas locales. Esto podría llevar a una reducción de las exportaciones latinoamericanas y a una pérdida de competitividad en sectores clave.
Más allá de los aspectos comerciales, la desaceleración económica china también tiene implicaciones financieras para América Latina. Los bancos chinos han sido una fuente importante de financiamiento para la región, y una menor disponibilidad de crédito podría dificultar el acceso a financiamiento para gobiernos y empresas, encareciendo el costo de los préstamos y limitando las inversiones.
China: El costo de la sobreproducción.
Durante décadas, el gobierno chino ha priorizado la producción industrial por encima del consumo, lo que ha llevado a una sobreproducción masiva en muchos sectores. Esta estrategia, aunque impulsó el crecimiento en el pasado, ahora está frenando la economía.
Imagina tener una fábrica que produce más de lo que la gente necesita. Para vender todo ese producto, la fábrica tiene que bajar los precios, lo que perjudica a otras empresas y a toda la economía. Esto es lo que está sucediendo en China. Además, para mantener operando todas estas fábricas, las empresas han acumulado grandes deudas.
¿Por qué ha ocurrido esto? La respuesta está en la forma en que China ha planificado su economía durante décadas. El gobierno siempre ha puesto el énfasis en la producción industrial, pensando que así se haría más fuerte. Sin embargo, esto ha descuidado el consumo, que es fundamental para mantener una economía en crecimiento.
¿Cuáles son las consecuencias? La sobreproducción china está creando problemas a nivel mundial, ya que los productos chinos baratos están afectando a las empresas de otros países. Además, China necesita encontrar un nuevo equilibrio entre producir y consumir, pero cambiar esta estrategia será difícil. El estancamiento económico de China es el resultado de una planificación económica a largo plazo que ahora está mostrando sus límites.
La importancia histórica de la relación con Estados Unidos para Latam
Históricamente, América Latina ha estado fuertemente ligada a la economía estadounidense. Durante décadas, Estados Unidos fue el principal socio comercial y el principal inversor en la región. Esta relación, basada en la exportación de materias primas y la importación de productos manufacturados, moldeó en gran medida las economías latinoamericanas. Sin embargo, el ascenso de China como potencia económica global ha introducido una nueva dinámica en la región.
Si bien la relación con Estados Unidos sigue siendo importante, la creciente influencia de China ha obligado a los países latinoamericanos a replantear sus estrategias económicas. Durante un tiempo, muchos actores económicos y políticos en la región se mostraron reacios a diversificar sus relaciones comerciales, manteniendo una fuerte dependencia de Estados Unidos. Sin embargo, los cambios en el escenario económico global y la creciente demanda de China por materias primas han hecho evidente la necesidad de una mayor apertura hacia nuevos mercados.
La desaceleración económica china es un recordatorio de la importancia de diversificar las relaciones comerciales y de reducir la dependencia de un solo mercado. Seguramente, los países latinoamericanos deben aprovechar las oportunidades que ofrece el mercado chino, pero también deben explorar nuevos mercados y fortalecer sus relaciones comerciales con otros países de Asia, Europa y África. Además, es fundamental que la región impulse la industrialización y la diversificación de su matriz productiva para reducir su vulnerabilidad a las fluctuaciones de los precios de las materias primas.
La sombra de China se extiende sobre la economía latinoamericana
La combinación de una menor demanda china y una oferta global creciente de materias primas está ejerciendo una presión bajista sobre los precios de los “commodities”, lo que a su vez está afectando los ingresos de los países exportadores de la región. Muchos analistas pronostican un crecimiento económico más lento para América Latina en los próximos años debido a esta situación.
La desaceleración económica china, sumada a la incertidumbre global generada por factores como la guerra en Ucrania y el aumento de las tasas de interés por parte de los bancos centrales, está creando un entorno económico desafiante para la región. Sin lugar a dudas, los países latinoamericanos se enfrentan a un escenario complejo en el que deben navegar entre la necesidad de diversificar sus economías y la urgencia de encontrar soluciones a corto plazo para mitigar los impactos negativos de la desaceleración económica china.
Conclusión
Definitivamente, la desaceleración económica china representa un punto de inflexión para América Latina. La región debe aprovechar este momento para impulsar reformas estructurales, fortalecer la integración regional y promover políticas industriales que promuevan la diversificación productiva y la innovación. Solo de esta manera podrá la región construir un futuro más próspero y sostenible. Las inversiones deben apostar por ese cambio.