En tiempo récord China se transformó en el primer importador mundial de sorgo. En el ciclo 2011/12 la nación asiática –según datos del USDA– importó apenas 84.000 toneladas de sorgo. En 2012/13 compró 631.000 toneladas y 2013/14 adquirió 3,40 millones de toneladas. El dato es que en la campaña 2014/15 está previsto que compre 3,90 millones de toneladas (51% del total mundial).
Se trata de un hecho importante porque hasta el momento apenas tres naciones están autorizadas a exportar sorgo al mercado chino: Australia, Myanmar y EE.UU. (este último país recién fue habilitado el año pasado).
China, en el marco de un acuerdo consolidado en la Organización Mundial de Comercio (OMC), tiene una cuota anual de importación de maíz de 7,20 millones de toneladas (la cual es distribuida por el gobierno central entre diferentes importadores). Una vez excedida dicha cuota, sólo es posible efectivizar importaciones de maíz con aranceles tan elevados que hacen inviable la operación.
El crecimiento de las compras de sorgo se explica por las compras de importadores privados chinos que no tuvieron acceso o que no lograron suficientes licencias oficiales para importar maíz.
La importación de sorgo –a diferencia del maíz– además no presenta riesgos comerciales. Eso porque las autoridades sanitarias chinas vienen rechazando desde el año pasado embarques de maíz estadounidense al detectar la presencia de un evento de Syngenta (MIR 162) que no fue autorizado en la nación asiática (razón por la cual no se están colocando embarques argentinos de maíz en China).
En el primer semestre de 2014, según datos de Senasa, la Argentina exportó 351.871 toneladas de sorgo (-77% que en enero-junio de 2013), de las cuales 171.889 toneladas se destinaron a Japón y 101.384 a Colombia, entre otros mercados.