Fuente: Lapoliticaonline
Cristina Kirchner desayunó esta mañana con una noticia más que amarga. Dagong, la agencia calificadora del Gobierno de China, rebajó la nota argentina y determinó que el país está en default, con lo que dejó al borde del abismo el swap de 11 mil millones de dólares firmado días atrás y las inversiones chinas para las represas de Santa Cruz y el Belgrano Cargas.
Dagong Global Credit Rating consideró que Argentina “violó la voluntad de los tenedores de bonos” al incumplir los pagos “en tiempo y en su totalidad”, lo que “causó pérdidas materiales a los acreedores”. “Dagong sostiene que el fracaso del gobierno de Argentina para pagar el interés de los bonos intercambiados en el tiempo cumple con los criterios de Dagong de impago de la deuda”, indicó la agencia en un comunicado.
Se trata de una novedad demoledora para el Gobierno. LPO supo que la noticia cayó como una bomba en la Casa Rosada y en el Ministerio de Economía se analizaba de urgencia si el intercambio de monedas estaba en peligro. En las últimas semanas, el kirchnerismo había hecho lo imposible para lograr ese swap, considerado un salvavidas para enfrentar los efectos que del default.
Al respecto, Carlos Pérez, ex director del Banco Central, consideró hoy en radio El Mundo que la puesta en default de la Argentina repercutirá en la caída del swap. Esta posibilidad había sido adelantada por el economista Federico Muñoz días atrás. “Supongamos que en un escenario de crisis nos vamos al default; yo dudo mucho que en esas circunstancias China active esa línea de crédito“, analizó. De todos modos, la incertidumbre pasa porque el Pekín suele tener sus propias reglas y no está claro cómo actuará en este caso.
Otro que había alertado de los efectos del default en la relación con China fue el gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta. “Si nuestro país entra en default técnico, los bancos se van a ver imposibilitados de prestar el dinero” para la construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, advirtió. El monto para financiar esas obras es de cerca de 5 mil millones de dólares.
Sin embargo, el viceministro de Economía, Emmanuel Álvarez Agis, desestimó estas posturas. “El swap con China no corre riesgos, porque se pensó evaluando estas situaciones. Los mismo se dijo sobre le financiamiento de obras de las represas (Néstor) Kirchner y (Jorge) Cepernic”, aseguró el funcionario, en diálogo con la Radio Nacional Rock.
Golpe al relato
Pero además de la gravedad de lo estrictamente económico, que China haya puesto en default a la Argentina es un golpe demoledor al relato de Cristina Kirchner y Axel Kicillof, que ayer no sólo negaron el default sino también se dijeron víctimas de un ataque del sistema financiero internacional dominado por Estados Unidos, en el que incluyeron a las calificadoras de riesgo como Standard & Poor’s, Fitch y Moody’s.
“Porque volvemos a ser un país viable es que nos quieren tumbar”, se envalentó ayer Cristina. “¿Quién piensa que las calificadoras de riesgo son referís imparciales del sistema financiero?”, preguntó el miércoles en tono elevado el ministro de Economía, en una conferencia que dio en el consulado argentino en Nueva York.
Se trata de un argumento que no podrán utilizar para cuestionar a Dagong, a la que difícilmente puedan vincular a los fondos buitres. La calificadora china fue impulsada por el ex presidente Hu Jintao para contrarrestar la influencia de las mencionadas anteriormente, asociadas al poder financiero de Estados Unidos y Europa. De hecho, la agencia china buscó repercusión internacional castigando las deudas de Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y Japón, entre otros países.
Tan acorde al discurso kirchnerista fue el lanzamiento de Dagong, que en 2012 el titular de la Comisión Nacional de Valores (CNV), Alejandro Vanoli, tuvo intenciones de atraerla para que opere en el mercado argentino y compita con S&P, Fitch y Moody’s, las “big three”.
Como todo en China, Dagong está fuertemente atravesado por el poder del Estado. Es por eso que en los mercados la influencia de esa calificadora es menor, ya que se considera que actúa bajo la influencia política de Pekín. En ese contexto, no deja de llamar la atención que Dagong no haya tenido piedad con Argentina, pese al buen vínculo que mostraron Cristina y su par Xi Jinping durante la visita del asiático a Buenos Aires.
Ayer nomás, en la cumbre del Mercosur, la Presidenta exaltó las bondades del desembarco del gigante asiático en la región y le pidió a sus colegas que no le tengan “miedo” a asociarse. El uruguayo Pepe Mujica, fiel a su estilo campechano, le preguntó si el vínculo era “un lazo o una mano”. “Es una mano”, respondió segura Cristina.