Fuente: El Pais
Buenos Aires. – China se ha convertido en un socio económico indispensable de Argentina en los últimos años, mientras gobiernos y empresas de EE UU y la Unión Europea han mantenido la cautela en este país sudamericano. El gigante asiático ha devenido el segundo comprador de las exportaciones de Argentina y tambipen su segundo proveedor de importaciones, aunque la relación comercial resulta muy deficitaria para Buenos Aires y concentrada sobre todo en un intercambio de soja por bienes industriales. China ha pasado a ser en poco tiempo el quinto inversor extranjero en el país sudamericano, aunque de momento se ha basado principalmente en la compra de empresas y no tanto en la radicación de nuevo capital productivo. En tiempos de escasez de crédito externo para el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, los bancos chinos le han prestado para financiar compras públicas de locomotoras y vagones hechos en el gigante asiático.
En 2004, el entonces presidente de China, Hu Jintao, vino a Buenos Aires para iniciar una alianza estratégica que se ha ido profundizando, aunque por aquellos días Argentina se ilusionaba con resultados aún mayores. El entonces Gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007) firmó en esa visita cartas de intención con empresas chinas para invirtieran y consiguieran contratos públicos por un total de 20.000 millones de dólares. Además, el país sudamericano le reconoció al asiático su condición de economía de mercado, con lo que se reducirían los mecanismos de protección comercial de Argentina frente a China, a cambio del compromiso de Pekín de elevar sus compras en estas tierras desde 2.700 millones de dólares en 2004 a 6.700 millones en 2009.
En estos diez años de relación estratégica, Argentina ha perdido el superávit comercial que mantenía con China y ha pasado a sufrir un déficit de 5.033 millones en 2013. El país sudamericano le exportó el año pasado por 6.358 millones, una cifra que se mantiene relativamente estancada desde 2008, primero por una barrera temporaria de Pekín contra el aceite de soja y después por problemas de oferta de Argentina, según un informe de la consultora DNI. Casi el 60% de la exportación argentina a China se reduce a la soja y su aceite. También pesa la venta de petróleo y derivados. El 7% de las exportaciones argentinas va a China, cliente solo superado por Brasil (19%).
China es el segundo socio comercial de Argentina, el quinto inversor extranjero en este país y le presta fondos cuando otros no lo hacen
El embajador chino en Buenos Aires, Yin Hengmin, reaccionó este miércoles a las críticas de expertos argentinos al comercio bilateral: “Queremos importar más de Argentina. Si nos mandan, productos de alto valor añadido, mejor. Pero tienen que conocer el mercado chino para producir lo que necesita. Un amigo argentino me preguntó: ‘¿cómo vender productos de más valor?’ Busquen socios chinos para vender juntos”. El director ejecutivo de la cámara de comercio argentino-china, Ernesto Fernández Taboada, destaca que el país sudamericano está vendiendo más aceites de oliva y de cacahuete, pescado, madera, vino tinto y alas y garras de pollo, podría exportar más carne bovina si hubiese más oferta y empezará a enviar caballos de polo. Este sábado, en paralelo con la visita del presidente chino, Xi Jinping, a Buenos Aires, unos 150 empresarios de su país se reunirán con 200 de Argentina para hacer negocios.
El gigante asiático exporta al país sudamericano por 11.391 millones, sobre todo aparatos eléctricos, electrónicos y mecánicos, productos químicos y vehículos. El 15% de las importaciones de Argentina viene de China, solo por debajo de Brasil (26%). “Hace 20 años comprábamos de China calzado o juguetes. Ahora, maquinaria, partes de motos o de electrodomésticos que se ensamblan en plantas en (la provincia sureña de) Tierra del Fuego, donde se crearon 10.000 empleos, muchos en las 12 empresas chinas ahí instaladas”, cuenta Taboada.
A diferencia de los Gobiernos de EE UU y europeos, el de Xi dice que no ha protestado por las barreras argentinas al comercio. “Me han llegado quejas de empresas chinas y argentinas que importan productos chinos. Nosotros queremos que el comercio sea más fluido, pero no transmitimos esta queja, el Gobierno argentino la sabe, y no es solo con productos chinos”, explicó el embajador Yin.
Pero el comercio no es todo, dijo Yin. La inversión de empresas chinas en Argentina totaliza 7.000 millones de dólares, según el embajador. Ha comenzado a llegar en especial a partir de 2010 y el gigante asiático se ha convertido ya en el quinta inversor extranjero, detrás de EE UU, España -que aún la duplica-, Holanda y Brasil. Las compañías chinas se han dedicado a comprar activos en Argentina, como los 3.100 millones desembolsados por la petrolera CNOOC, los 2.450 millones de su competidora Sinopec o los 600 millones del banco ICBC. El gigante de la alimentación Cofco compró por 600 millones el 51% de la comercializadora agrícola holandoargentina Nidera, que factura un décimo de sus ventas en el país sudamericano. Una de las pocas inversiones chinas que trajo nuevo capital productivo ha sido la de MCC, que reabrió una mina de hierro tras desembolsar 150 millones. Si bien la inversión de China se ha concentrado en materias primas que necesita para su producción y consumo, también están llegando empresas que apunta a atender el mercado local, como ICBC y las tecnológicas Huawei o TCL. “La tendencia a mediano y largo plazo es a mayor inversión en activos que incorporen tecnología, y no solo aprovechen recursos naturales o mano de obra barata”, explica el experto Félix Peña, de la Fundación ICBC.
Los bancos chinos han prestado a Latinoamérica 85.000 millones desde 2005, de los cuales unos 50.000 millones correspondieron a Venezuela, pero también llegó dinero a Brasil, Argentina y Ecuador. Prestan más a la región que la suma de los bancos Mundial e Interamericano de Desarrollo (BID). Parte de la financiación a Buenos Aires se destinó a la renovación de trenes de cercanías, antes vetustos y ahora nuevos pero hechos en China. El Gobierno de Fernández ha recibido alguna crítica porque parte de ese material fue pagado en efectivo y porque Argentina no ha buscado resucitar su industria ferroviaria. En el viaje de Xi también se espera que China financie otras contratos de obras del Estado argentino para que sean ejecutados por empresas del país asiático, como la construcción de dos centrales hidroeléctricas y una nuclear y la reparación de una línea de trenes de carga. Pero una de las inversiones que más advierten los argentinos en su vida cotidiana es la de los ciudadanos chinos que han emigrado para instalar en este país unos 8.000 supermercados, que compiten con las grandes multinacionales y desplazan a pequeños almacenes. En los últimos diez años consiguieron residencia permanente unos 17.000 chinos. Un diplomático de Pekín dice que son pocos para un país de 1.351 millones de habitantes. Pero para Argentina representaron el quinto colectivo que logró establecerse en forma definitiva entre 2004 y 2013, con el 2,2% del total, solo superado por el paraguayo, el boliviano, el peruano y el brasileño.