Fuente: Lavoz
Como todos los años, a fines de febrero, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (Usda) dio a conocer su informe sobre Proyecciones de la Agricultura 2013/2023.La próxima década promete ser mucho más promisoria que la anterior, a partir de la premisa que todas las proyecciones para el comercio mundial de trigo, soja y maíz, se proyectan con un fuerte aumento.
El comercio actual de trigo, maíz y soja llega a un total de 373,7 millones de toneladas y de acuerdo con las proyecciones para 2023 llegará a un total de 474,2 millones de toneladas, un incremento del 27 por ciento.
Grano por grano
En términos absolutos, la soja es el producto que más expansión registra a futuro en el comercio global, con un aumento proyectado de 42,1 millones de toneladas: 38 por ciento. En segundo lugar se ubica el maíz con un crecimiento en sus exportaciones de 34,6 millones de toneladas, equivalente a 31 por ciento. Para trigo se proyecta un aumento de 23, 8 millones de toneladas, equivalente al 15 por ciento.
Entre la soja y el maíz son responsables en forma conjunta del 76 por ciento del aumento: unas 76,7 millones de toneladas.
En la última década, Argentina, Brasil, Paraguay, Bolivia y Uruguay han sido los principales motores que han podido abastecer el crecimiento de la demanda mundial de soja y maíz. Y lo seguirán siendo durante la próxima década.
Más protagonismo chino
Si hasta el momento China fue el principal factor para el mercado de la oleaginosa, durante la próxima década lo será aún mucho más. En términos de definir quiénes serán los principales países importadores de soja hasta 2023, en función del crecimiento de su demanda vía importaciones, la respuesta es una sola: China.
Para el ciclo 2023/24, el comercio mundial de soja se proyecta en 151,7 millones de toneladas, un incremento de 42,1 millones de toneladas con respecto a las cifras de comercio actual de 109,6 millones de toneladas. Para el mismo periodo se proyectan importaciones chinas por un total de 112,3 millones de toneladas, un incremento de 43,3 millones con respecto al volumen de 69 millones que los chinos importan en la actualidad. En conclusión, el 100 por ciento del crecimiento del comercio mundial de soja hasta el 2023, se concentra en un solo destino: China.
Por el lado de la oferta, el Usda proyecta una activa participación del bloque de soja Sudamericano, como sucedió en la última década. Para el 2023, las exportaciones de Brasil se proyectan con un crecimiento de 22,5 millones de toneladas; en la Argentina el incremento proyectado es de 6,6 millones de toneladas; en Estados Unidos, 7,5 millones; y para otros países de Sudamérica (Uruguay, Paraguay y Bolivia) la proyección de aumento de exportaciones es de 3,5 millones toneladas.
En términos de aumento de superficie necesario para poder sostener un incremento de la producción de 40,1 millones de toneladas, para cumplir con las proyecciones de mayores exportaciones elaboradas por el Usda, se debería aumentar la superficie de siembra de soja en Sudamérica en 14,3 millones de hectáreas. Desde el punto de vista práctico, es imposible aumentar la producción en base solamente a la expansión de las fronteras agrícolas, hace falta también un aumento de los rendimientos por hectárea. Y es aquí donde debemos considerar el aporte de la mejora genética en los rendimientos por hectárea. Si asumimos un incremento de los rindes, por mejora genética o biotecnología, de dos por ciento anual, el aumento de superficie necesaria seria de 12,7 millones de hectáreas, un número también muy alto considerando el actual potencial de expansión de la frontera agrícola de acuerdo con cada país.