Fuente: Argenpress
1. El presidente mexicano y su homólogo chino –después de estar en la ciudad de México y anoche en la ciudad de Mérida- realizaron un recorrido hoy jueves por la zona arqueológica de Chichen Itzá, una de las llamadas “siete maravillas del mundo moderno”. Dijo el presidente Enrique Peña Nieto al pie de la pirámide Kukulkán: “Este es un gran lugar para sellar la amistad entre México y China”. Sin embargo todo quedó en promesas, a pesar que dijo un funcionario chino que su nación es el quinto país que más invierte, y que previeron que en los próximos cinco años colocará 500 mil millones de dólares en el mundo, de los cuales se comprometieron a promocionar que las empresas chinas destinen un porcentaje importante a México.
2. El presidente mexicano les planteó: “tengan la plena certeza de que México es hoy un destino serio, confiable y atractivo para invertir; nos hemos propuesto dar garantías plenas a la inversión nacional y extranjera que pueda encontrar un gran asiento para ser próspera y, sobre todo, favorecer y contribuir al desarrollo económico y social del país”. Aprovechó Peña para resaltar la importancia para México de alcanzar un mayor equilibrio en la relación comercial con China, dado el desnivel existente, pues mientras el año pasado le compró 57 mil millones de dólares, sólo exportó 5 mil 700 millones de dólares a esa nación. Se reconoció que ha habido problemas en el ámbito comercial entre México y China en los sectores textil, del vestido y del calzado, pero que es menos del 10 por ciento del intercambio comercial.
3. Vender a una población de 1,400 millones de chinos es una gran ganancia; por ello la reanudación de las ventas de carne de cerdo –que fue suspendida cuando Calderón decidió recibir al Dalai Lama– y la apertura de venta de tequila es una ganancia en esta primera gira; además se publicó la concesión de un crédito por mil millones a Pemex. Pero lo importante será el tipo de política que apliquen ambos países con relación a los EEUU, pues no puede olvidarse aquello del “respeto a las zonas de influencia” que fueron terminantemente establecidas al concluir la II Guerra. Aunque México y China puedan establecer muy buenas relaciones, puedan igualar su balanza comercial y promover más inversiones, el porcentaje será siempre pequeño frente al 90 por ciento de los siempre predominantes intereses yanquis en México.
4. Sería, como dicen por ahí: “venderle chicles al señor Adams”; es decir, que en el patio trasero de los EEUU se estén colando inversiones del enemigo chino a vista y paciencia de la embajada y los inversionistas yanquis. Aunque no debe olvidarse experiencias pasadas muy valiosas como estas: hasta la década de los setenta México mantuvo una política de asociación y competencia con los EEUU; México era un país dependiente pero con independencia relativa que le permitió cierta notoriedad y hasta liderazgo en América Latina: apoyar a refugiados españoles y romper relaciones con Franco; apoyar a refugiados argentinos, chilenos, a revolucionarios nicaragüenses y salvadoreños y que le permitió cierta relación de apoyo (limitado) a Cuba. Además mantenía congeladas sus relaciones con el Vaticano. A partir de 1982, con el neoliberalismo, mucho cambió.
5. China, para instrumentar su política de conquista de mercados tendrá que estar –por ahora- “alejadita” de los EEUU para no provocar la ira del imperio. Los yanquis tienen medido perfectamente sus territorios y países como México y los de América Central; los dejan jugar un poco pero cuando deciden jalarles los hilos los vuelven a atar. México y las demás naciones están atados por los millones de trabajadores migrantes que cada año deben cruzar en busca de trabajo a Norteamérica; los tienen atados con créditos, inversiones, controles políticos y militares. Si los yanquis llegaran a expulsar en masa a los migrantes que tienen en EEUU quizá acelerarían una gran revolución continental por el gigantesco desempleo; de eso tiene miedo las poderosas burguesías que dominan en cada nación y por eso se someten más al imperio.
6. China, al ser parte del llamado grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) ha logrado penetrar en mercados de todo el mundo, pero aún es muy limitado su avance. Debe transcurrir por lo menos una década, o dos, para que las cosas cambien en el mundo y China se fortalezca. De lo que estoy seguro es que los yanquis –aunque con tremendas crisis, declives financieros y profundo desprestigio- siguen dominando al mundo; sin embargo en este mismo mundo (europeo, asiático, africano y americano) están surgiendo ya muchísimos problemas que pueden confluir en batallas antimperialistas y anticapitalistas. Incluso el mismo México –a pesar de estar atado de pies a cabeza- puede resurgir si el pueblo dice: ¡Basta ya de explotación y opresión! Y se pone a luchar. Y si México puede a pesar de su gran frontera, mucho más otros pueblos.