Fuente: Al Navio
La creciente presencia de empresas chinas en la región representa un importante desafío para ‘big players’ de la construcción mundial como ACS, OHL y Sacyr. América Latina es su mercado bastión. Allí cuentan con cotas en torno al 30-50% de volumen de negocio. Pero ahora esto podría cambiar. De hecho, según un estudio elaborado por EAE Business School, las españolas ya sólo facturan 1.000 millones de euros más que las chinas frente a las que compiten directamente en la región. ¿La alternativa? “Diversificar, no depender tanto de Latinoamérica”, dice a ALnavío el profesor Iván Zamarrón.
America Latina es El Dorado para las constructoras españolas. Allí Acciona, Ferrovial, OHL, Sacyr y ACS, entre otras, construyen ferrocarriles, aeropuertos, edificios de oficinas, hoteles, centros comerciales, hospitales, autopistas, redes eléctricas… Con gran experiencia en el sector, copan la región desde hace un par de décadas. De hecho, según datos de Seopan, la asociación española de empresas constructoras de ámbito nacional, Latinoamérica representa el 50% de la facturación externa de algunas de estas compañías. Pero ahora ese Dorado se ve amenazado por la creciente presencia de empresas chinas en la región.
Compañías como China Communications Construction, Power Construction, China State Construction Engineering Corp y China Railway Group están ganando terreno. Lo hacen bajo lo que se conoce como la “fórmula china”, cuyo secreto apunta al músculo financiero. Dichas compañías cuentan con el respaldo del Estado chino y eso les da una ventaja imposible de igualar desde España.
“La facilidad de acceso a financiación barata por el apoyo del Gobierno es una de las principales razones que explican ese crecimiento tan significativo”, explica al diario ALnavío el profesor de la EAE Business School Iván Zamarrón. Tiene claro que “China como gobierno es una auténtica apisonadora” y aunque “no hablan el mismo idioma”, desde Pekín, dice, “hablan otros idiomas bastante sugerentes. A otra escala”.
Además, las firmas chinas están penetrando en Latinoamérica a una velocidad endiablada, tal como señala un informe elaborado por la EAE Business School, basado en el ranking Top 250 International Contractors 1-100. La rivalidad comenzó allá por el 2000. Desde entonces, la distancia en el dominio de mercado entre empresas españolas y chinas en la región se ha reducido hasta una diferencia de aproximadamente 1.000 millones de euros.
“El movimiento estratégico es la diversificación de regiones, no depender tanto de Latinoamérica”
Una evolución rápida, si se tiene en cuenta que en 2011 las firmas de España facturaban cuatro veces más que las chinas y que en 2015 esa diferencia era de unos 7.000 millones de euros, de acuerdo con el informe.
Con estos datos, no extrañan las declaraciones de Zamarrón. “Está en peligro el dominio de las constructoras españolas”. Con lo que ello supondría. Porque América Latina no es un mercado más. Es el bastión para las empresas españolas fuera de España. “Efectivamente, perder Latinoamérica sería perder un palo severo, sería perder buena parte del pastel internacional”, recalca Zamarrón.
Véase el ejemplo de Sacyr. Sólo en los siete primeros meses de 2017 se adjudicó proyectos por 1.250 millones de euros en América Latina, un mercado internacional que tiene mucho peso para la firma. De hecho, la importancia de algunos países de la región es similar a la de España, que supone un 17%. Chile representa el 15%, igual que Colombia; mientras que Brasil, México y Perú significan un 3% cada uno.
El presidente y consejero delegado de la firma, Manuel Manrique, pidió hace tres años mirar hacia los grandes mercados de Latinoamérica con ambición. Dicho y hecho. Hoy la constructora española ya es el primer inversor privado de infraestructuras en Colombia y Chile, donde en 2017 cumplió 20 años.
En los nueve primeros meses de 2017 –últimos datos disponibles-, obtuvo un beneficio neto de 97 millones de euros, un 8% más que en el mismo periodo de 2016, impulsado por el aumento de su negocio internacional, que ya aporta el 55% de la facturación total.
La alternativa: diversificación
En el caso de ACS, por ejemplo, el beneficio neto atribuible en el tercer trimestre de 2017 aumentó un 5,8% hasta situarse en 603 millones de euros. La distribución geográfica de las ventas, que alcanzaron los 25.758 millones de euros, muestra la amplia diversificación del grupo presidido por Florentino Pérez. América del Norte representa un 44% de las ventas, Europa un 20%, Australia un 21%, Asia un 8%, América del Sur un 6% y África el 1% restante.
Precisamente la diversificación es la alternativa que propone Zamarrón. “El movimiento estratégico es la diversificación de regiones, no depender tanto de Latinoamérica”, dice. En este sentido, señala que “hay tímidos intentos de Acciona, Sacyr, FCC… de entrar en Canadá y solicitar posiciones, por ejemplo, en Estados Unidos, como viene haciendo ACS, además de en el mercado australiano”.
En 2011 las firmas de España facturaban cuatro veces más que las chinas y en 2015 la diferencia era de 7.000 millones
En su opinión, la diversificación “es una de las patas para defenderse del avance chino en Latinoamérica”. Porque, además, “esta batalla entre constructoras españolas y chinas por el control de las empresas más importantes del sector está sólo en su infancia”. Es decir, “va a ir a más”, tal como señala Zamarrón.
No obstante, el profesor asegura que las empresas españolas “no se van a dejar vencer” e intentarán realizar fórmulas de participación público-privadas que los chinos no puedan ofrecer. “Se estrujarán la cabeza para idear métodos competitivos diferentes a los actuales. No sólo cuentan las habilidades técnicas y productivas, también las de gestión y quizás ahora deba apostarse un poco más por esas habilidades de gestión. Puede ser un aspecto diferencial frente a la cultura china. El español ahí es más versátil y puede ganar terreno”, agrega Zamarrón.
Del Túnel de los Andes a Odebrecht
Tienen motivos para pelear. Latinoamérica ofrece un terreno de juego con muchos atractivos: economías en expansión, escasos rivales locales y proyectos interesantes en cuanto a sus dimensiones. Un buen ejemplo es el Túnel de los Andes: un corredor que atravesará la cordillera con un doble tubo para conectar Chile con Argentina. Este enorme proyecto, según recoge el informe de la EAE Business School, facilitará la circulación de 2.200 vehículos por día. Se estima que la construcción del túnel supondrá nueve años de trabajo y más de 1.300 millones de euros.
Probablemente, dice el estudio, “se trate del proyecto de infraestructura más importante de la región y uno de los más relevantes del mundo tras la ampliación del Canal de Panamá”. Y, claro, como es de esperar “las empresas tanto chinas como españolas están ya presentando sus ofertas”.
Otro motivo para seguir apostando con fuerza por Latinoamérica es la salida de Odebrecht de múltiples proyectos tras destaparse la trama de sobornos que tejió prácticamente por toda la región. “Es beneficioso, sin duda. Se está llamando a los agentes que compitieron con Odebrecht en esas licitaciones y están apareciendo las empresas españolas y las chinas”, indica Zamarrón.
Las privatizaciones en Brasil, emprendidas por el Ejecutivo de Michel Temer, abren otra oportunidad para las empresas españolas, según el docente. “Es una ocasión muy buena. Las nuestras están allí pujando, igualmente con las chinas”.
Pero no sólo proyectos. Las constructoras españolas también tienen a su favor “la experiencia técnica, calidad, credibilidad, un reconocimiento de varias décadas y, por supuesto, exportar todo lo que hemos aprendido en España en los últimos 30 años”.
Las privatizaciones en Brasil abren otra oportunidad para las empresas españolas
No obstante, dentro de la competencia entre compañías españolas y chinas se está viviendo también una carrera por ver quién se erige con el control de las firmas más importantes, según el informe de la EAE Business School. Un factor que, según Zamarrón, juega a favor de los chinos. “Ellos sí se plantean si ven una fisura en la estructura corporativa de la empresa española presentarse allí con la liquidez y solvencia que tienen para entrar”.
Pone el ejemplo de OHL. Fue tanteada por segunda vez en el verano pasado por una firma china. Primero lo intentó HNA y después, China State Construction Engineering. “La posición de liderazgo de OHL en España y México, así como su madurez en el negocio concesional del transporte, también en Latinoamérica, es un gancho irresistible para los chinos”, concluye Zamarrón. Todo apunta a que habrá batalla para rato.