Fuente: La Nación
PEKÍN.- Si los inversores del mundo ansiaban escuchar buenas noticias ayer de Pekín, tendrán que seguir esperando. China registró en 2015 su menor crecimiento en un cuarto de siglo, según los datos oficiales publicados ayer, que aumentaron la presión sobre las autoridades para evitar un aterrizaje brutal del país que desde hace años es considerado el motor de la economía mundial.
La expansión del PBI fue el año pasado de 6,9%, la más baja desde 1990, cuando había crecido un 3,8%, en un contexto de aislamiento provocado por la represión, el año anterior, del movimiento prodemocrático en la plaza de Tiananmen.
Los mercados mundiales se vienen agitando desde hace semanas por la desaceleración de la segunda economía mundial, que durante años ostentó un crecimiento de dos dígitos y que en 2014 tuvo un incremento de 7,3%.
La desaceleración de China, sumada a los precios débiles de las materias primas que afectan mercados emergentes como Brasil, llevó ayer al Fondo Monetario Internacional (FMI) a recortar sus pronósticos de crecimiento global.
El FMI estima que la economía mundial crecerá un 3,4% en 2016 y un 3,6% en 2017. Con respecto a China, el organismo prevé un crecimiento de 6,3% este año.
Los datos anunciados ayer en Pekín coinciden con las expectativas de los analistas y con las previsiones del gobierno, que se había fijado el objetivo de un aumento del PBI de alrededor de 7%.
En el cuarto trimestre de 2015, el PBI chino creció un 6,8%, en lo que supone un ligero retroceso respecto al trimestre anterior (6,9%) y el peor resultado desde el estallido de la crisis financiera en 2008.
Las bolsas mundiales, que en enero ya anticiparon la desaceleración china, cerraron ayer en alza, atribuidas a la expectativa de que las autoridades adopten medidas de estímulo para evitar un descalabro económico. La bolsa de Shanghai, que desde este año ya perdió casi un 20% de su valor, cerró con una suba de 3,2%, mientras que la de Hong Kong ganó 2,1%. También subieron las bolsas europeas: Londres, 1,7%; Fráncfort, 1,5%, y París, 2%.
Los dirigentes chinos atribuyen la desaceleración a “la nueva normalidad” de un crecimiento menor pero más estable, basado en el consumo interior, la innovación y los servicios, en detrimento de las industrias pesadas, las inversiones fomentadas por el endeudamiento y las exportaciones.
En pleno cambio de su modelo económico (ver aparte), China enfrenta un fuerte crecimiento de los salarios -de un 7,4% en términos reales el año pasado-, un gran exceso de capacidad y un rápido envejecimiento de la población.
La Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) volvió a insistir ayer en las dolorosas “transformaciones estructurales” en marcha: “Es un período crucial en el que deberemos superar los retos […] y seguirá siendo imperiosa la necesidad de profundizar las reformas”, afirmó la entidad en un comunicado.
Según los datos divulgados ayer, por primera vez el sector de servicios representa más de la mitad de la economía: 50,5% frente al 48,5% de 2014. El consumo mantiene su fortaleza: en diciembre las ventas al por menor crecieron un 11,1% interanual y en noviembre aumentaron un 11,3%.
De todos modos, existen dudas acerca de hasta qué punto las estadísticas chinas son fiables. Varios analistas consideran que el crecimiento real de China está entre uno y tres puntos porcentuales por debajo de los datos oficiales.
“La situación en 2016 continuará siendo más o menos la misma que en 2015 y el crecimiento económico de China seguirá confrontado a una situación internacional compleja y volátil”, afirmó el director de la ONE, Wang Boan, en una conferencia de prensa.
Según el funcionario, ciertos sectores seguirán padeciendo de un exceso de capacidad productiva, pero nuevos actores, como el comercio online y las energías renovables, mantendrán todo su dinamismo.
“Pensamos que el crecimiento económico de 2016 se mantendrá estable. Confiamos en ello”, sostuvo.
El Partido Comunista Chino debería reducir sus previsiones para este año, según analistas que recuerdan que el presidente Xi Jinping consideró que una expansión del PBI de 6,5% debería ser suficiente para responder a las necesidades del país.
Está previsto que el objetivo de crecimiento para este año se divulgue en marzo, en la reunión anual de la Asamblea Popular Nacional.
Incluso debilitada, China sigue siendo uno de los principales motores del crecimiento planetario, el actor más importante del comercio internacional y un colosal consumidor de materias primas. Prueba de ello es que las bolsas mundiales habían caído a principios de enero tras los sobresaltos registrados en las plazas chinas.