UNA BASE MILITAR CHINA EN ARGENTINA CONTINENTAL

Fuente: EstudiosNacionales

Sumado este hecho a la base militar colonial inglesa en nuestras Malvinas, se incrementa el peligro de que Argentina sea terreno militar de disputa entre las potencias. Por Horacio Micucci

Como es de público dominio se está construyendo una base china, “supuestamente” para investigación espacial, en Neuquén.

Como siempre, en estos emprendimientos de potencias extranjeras, los funcionarios de las mismas los defienden con los mismos argumentos. El embajador chino en Argentina, Yan Wanming, ha dicho que:

“Es un proyecto de cooperación intergubernamental con fines pacíficos. Favorecerá la exploración de la Luna, que en el caso de China comenzó a hace cinco años. En 2017 queremos llegar a la Luna y hacer la caminata. No entiendo por qué tantos malos comentarios. Generaremos 1.500 puestos de mano de obra argentinos. Los técnicos sí son chinos.”

Pero a pesar de que el argumento de quienes defienden el establecimiento es que se trata de un proyecto vinculado a estudios científicos, hay elementos que demuestran que, en realidad, es una cobertura de actividades militares de una potencia extranjera, en este caso China.

Veamos algunos de esos elementos.

Para el establecimiento de dicha base el Gobierno promovió el dictado de una ley específica. La ley Nº 27.123, promulgada recientemente.

Esta ley, establece el su artículo 1 lo siguiente:

ARTÍCULO 1° — Apruébase el Acuerdo de Cooperación entre el Gobierno de la República Argentina y el Gobierno de la República Popular China sobre la construcción, el establecimiento y la operación de una estación de espacio lejano de China en la provincia del Neuquén, Argentina, en el marco del Programa Chino de Exploración de La Luna, celebrado en la ciudad de Buenos Aires, el 23 de abril de 2014, que consta de ocho (8) artículos, cuya copia autenticada, en idioma español e inglés, forma parte de la presente ley.

En ese Acuerdo de Cooperación se establece, en su Artículo 2. DESGRAVACIONES IMPOSITIVAS, que:

Artículo 2. DESGRAVACIONES IMPOSITIVAS- Todas las operaciones de comercio exterior para el establecimiento construcción y operaciones de la estación del espacio lejano en la provincia de Neuquén, así como también la compra y contratación de bienes, obras, locaciones o prestaciones de servicios realizadas en Argentina estarán exentas de todo impuesto y/o decreto aduanero, los impuestos internos así como también de los impuestos nacionales al consumo incluido el IVA.”

El acuerdo libera, entonces, de tasas arancelarias a China.

El artículo 5 dice que:

Artículo 5. REGIMEN LABORAL. Las relaciones laborales necesarias para la ejecución del objeto del presente Acuerdo se regirán por la ley del lugar de ejecución del contrato, sin perjuicio de las reglas establecidas en la presente”

Pero, aunque más adelante se afirma que Argentina conserva el poder de policía laboral, hay protestas del personal, como se ha visto en televisión, sobre las pésimas condiciones de trabajo a las que son sometidos los obreros argentinos.

El mismo artículo 5 diferencia al personal de origen chino, cuando dice:

“Las remuneraciones y otros ingresos abonados por el Gobierno de China a los empleados de nacionalidad china que trabajen en el proyecto se regirán por la legislación del país de origen, siempre y cuando se respeten los derechos laborales consagrados en el presente.”

En el Artículo 4 del Acuerdo que aprueba la ley y que figura como Anexo, dice:

Artículo 4. CUESTIONES MIGRATORIAS. El gobierno argentino facilitará la tramitación de los permisos de ingreso y/o la emisión de visas en las categorías correspondientes, de acuerdo a la normativa vigente.”

El acuerdo no especifica si el personal que empleará China será militar o no. Pero en caso de ser militares, el ingreso al país debería estar sujeto al régimen especial de la ley 25.880 de ingreso de tropas.

Se dice que ya se hallan en el país, supervisando el proyecto, cincuenta militares, quince de ellos de altísimo rango, del Ejército Chino. El resto son especialistas en lanzamientos de misiles y exploración aeroespacial. Una vez terminada la construcción se dice que residirán en el país 10 científicos chinos todo el año y 25 que rotarán, y un número no especificado de guardias de seguridad y empleados generales de la firma.

El Artículo 6. INDEMNIDAD, del Acuerdo, que figura en ANEXOS de la Ley, dice:

“El Gobierno de la Argentina no se responsabiliza, nacional e internacionalmente, en razón de las actividades del Gobierno de China en su territorio vinculado al proyecto (se refiere al territorio de la base, es decir le da derecho de dominio territorial. NA), sea por acción u omisión de ésta, o de sus representantes. El Gobierno de China mantendrá indemne a Argentina de toda obligación que surgiere de reclamos de cualquier naturaleza, a pedido o a instancia de terceros, como consecuencia de tales actos u omisiones.”

Es decir, disfrazado de no reconocimiento de responsabilidades, deja en manos de China las actividades y sus consecuencias. Es como si alguien que alquila una casa dejara librado al albedrío del inquilino los fines para los que alquila, sin interesarse por las consecuencias de lo que haga que, incluso, puedan dañar la propia casa.

Esto deja claro que el objetivo de la base queda en manos de China, con sólo hacerse cargo de las consecuencias ante terceros.

Es de destacar que el Acuerdo fija una vigencia de cincuenta años.

La estación será gestionada por la empresa estatal Satelite Launch and Tracking Control General, cuyas siglas en inglés son CLTC, que depende del Departamento Militar del Ejército de la República Popular de China.

En efecto, puede encontrarse en INTERNET que los nombres deCLTC son:

  • China Launch and Tracking Control;
  • 中国卫星发射测控系统部;
  • China Satellite Launch and TT&C General (TT&C: Tracking, Telemetry, and Control);
  • China Satellite Launch and Telemetry,
  • Tracking and Control General Company;
  • National Space & Missile Tracking Command Center.

CLTC se dedica a la telemetría, seguimiento y comando de misiones espaciales de China. Específicamente brinda servicios de control de lanzamientos de satélites, así como de cohetes y seguimiento de naves espaciales. Desarrolla y fabrica componentes de control satelital, monitoreo de equipos y estructuras de lanzamiento. La organización directamente controla y supervisa todas las misiones espaciales de China, centros de lanzamiento espacial y telemetría.

Además, el CLTC proporciona servicios para muchas naciones diferentes y funciona como uno de los canales primarios de China para llegar al mercado internacional. Fue fundada en 1986 e, inicialmente, fue establecido como un centro de comando y control para las operaciones, relacionadas con el espacio, del Ejército Chino.

La organización tiene su sede en Beijing. El director de la CLTC es también el Jefe de la Dirección General de Armamentos del Ejército Chino. Es evidente que trabaja directamente con las fuerzas armadas chinas proporcionando advertencias y notificaciones sobre cohetes y naves espaciales.

La ley Nº 27.123 tiene incorporados algunos anexos, cuya lectura minuciosa es de interés. Pero, además, tanto en la letra chica del Acuerdo de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales de nuestro país con CLTC, como el pacto del gobierno de Neuquén con China, figuran anexos reservados que no se hicieron públicos en el Congreso Nacional.

Legisladores de la oposición y, en reserva, oficiales de las Fuerzas Armadas se mostraron preocupados por una cuestión sensible: la posibilidad de que la estación espacial china, instalada en un predio de 200 hectáreas, en el futuro inmediato sea usada por Pekín con fines militares. Informaciones emanadas de diversas fuentes señalan que la estación espacial china sería también un centro de operaciones militar que se dedicará a rastrear misiles de largo alcance.

Ocurre que la tecnología utilizada es sensible y de uso dual, civil/militar, ya que China tiene integrados estos programas y se utiliza también para el seguimiento de la actividad aeroespacial y misilística. Además, como se ve más arriba, están comprobados los lazos de CLTC con los organismos militares chinos, con el Centro Nacional de Control y Seguimiento Misilístico del Espacio y, lo más destacado, el CLTC depende específicamente del Departamento General de Armamento y de la Comisión Central Militar del Ejército Popular de Liberación de China. Por añadidura, el Director de la CLTC es, a la vez, jefe militar del Departamento de Armamento General del Ejército Chino.

En suma; la Agencia Nacional China de Lanzamiento, Seguimiento y Control General de Satélites está administrada por el Departamento Militar del Ejército de China, es decir, se trata de un emprendimiento que sería conducido por mandos militares extranjeros.

La estación, con antenas que permitirían una cobertura y visibilidad casi completa de la Tierra, será a la vez un centro potencial de escaneo de comunicaciones, rastreo y detección de satélites, control de lanzamientos a escala global incluso, en caso de necesidad, de misiles, drones y otras actividades militares semejantes.

Así, a la mayor base militar extranjera en Latinoamérica, como es la base de la ocupación colonial inglesa en nuestras Malvinas, se agrega ahora una base militar china en territorio continental argentino.

De esta manera, los Gobiernos gerentes de la dependencia argentina, como el actual, mantienen vigentes los acuerdos de Londres y Madrid, bases de nuestra indefensión en Defensa Nacional, permiten la rapiña china (que llega ahora a tener una base militar en territorio continental) y acuerdan con los rusos con los que tejen negocios y les permite su ingreso a la Antártida y, por ende, el accionar en la zona de confluencia Atlántico-Pacifica y el Pasaje de Drake. Este Pasaje es vital ante la obsolescencia del Canal de Panamá, ya que es su única alternativa. En efecto, aún con las próximas modificaciones que ampliarán su ancho, el Canal de Panamá no permite el pasaje de superpetroleros, supercargueros y naves militares de alto porte. Además, por sus características, es muy frágil a un ataque militar, aún a los de baja intensidad. En esa circunstancia sólo el Pasaje de Drake permitiría la comunicación Atlántico-Pacifico.

EE.UU e Inglaterra, controlando las Islas de Ascensión, Malvinas y Diego García (en el Indico), se aseguran la vinculación Atlántico-Pacífico-Índico. Por consiguiente China y Rusia se proponen ingresar en la región.

El Cono Sur fue y es clave para el control de la confluencia Atlántico-Pacífico, lo que lo hace una zona estratégica de disputa entre las potencias del mundo.

Irresponsablemente, el gobierno kirchnerista, al tener como aliado estratégico integral a China, como aliado estratégico a Rusia manteniendo a la vez la indefensión nacional al ajustarse a los acuerdos de Londres y Madrid, acentúa el peligro de que Argentina sea desgarrada, balcanizada, por la voracidad de las potencias, que pueden ocuparla ayudadas por sus aliados internos.

Como expresión de esa disputa, a comienzos del mes de marzo, el gobierno inglés informó que reforzará su presencia militar en las islas Malvinas, actualizando su defensa antiaérea y aumentando su contingente militar. En diálogo con la BBC, el ministro de Defensa británico, Michael Fallon, aseguró que “cualquier posible amenaza futura a las islas” fue tomada en cuenta por las autoridades a la hora de modernizar las defensas militares del archipiélago.

¿A que se debe que Gran Bretaña haya tomado esta decisión?

Para tratar de entender la inquietud inglesa debemos recordar los dos importantes encuentros políticos sostenidos por la mandataria argentina, Cristina Fernández, durante el año pasado, con los líderes de China y de Rusia y fijarnos en sendos acuerdos suscritos, los que cuentan con sus respectivas cláusulas secretas.

El punto central es que China necesita para su capacidad misilística global una red de centros de comando y control que les permita triangular y controlar lanzamientos. Se comenta que hasta ahora cuenta con tres; el cuarto sería el de Neuquén y actualmente está en negociaciones para instalar un quinto en África.

Hace poco el Mayor General Zhu Cheng, Decano de la Universidad de Defensa Nacional de China (e íntimamente ligado al proyecto de la firma que construye en Neuquén), ha declarado que “a China no le quedaría más que utilizar armas atómicas si EE.UU. atacara con armas convencionales el territorio chino”; “EEUU debe estar preparado para que cien, o doscientas, o más ciudades sean destruidas por los chinos”, y para lograr efectividad China necesitaría triangulación global.

Zhu es uno de los más reconocidos analistas políticos de China. Él, junto a Zhang Zhaozhong, Peng Guangqian y Luo Yuan, es considerado la eminencia gris detrás de los grandes avances estratégicos de China y es el llamado a brindar su opinión sobre distintos conflictos armados.

Como se puede ver, la construcción de este centro militar chino en Neuquén es un eslabón más dentro del contexto estratégico mundial y pone a la Argentina en el centro del gran juego geopolítico internacional, como una simple pieza en disputa.

La base inglesa en Malvinas es una pistola o un portaviones que apunta al corazón de un proyecto de Argentina Independiente y preparado para partir a Argentina continental en dos. Esta nueva base militar china en el continente es un cáncer que corroerá nuestra integridad nacional y confluirá con lo anterior, en futuras disputas inter imperiales, a expensas de nosotros.

Nuestro país es rapiñado por chinos, yanquis, ingleses, rusos, etc.

Más que nunca es necesario reafirmar lo establecido en el Acta del 9 de julio de 1816: “INDEPENDIENTES DE TODA DOMINACIÓN EXTRANJERA”.

Eso implica un Proyecto Nacional e Internacional independiente y una Defensa Nacional Popular Integral e Integrada que asegure una Argentina Soberana.

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