Fuente: Energia Estrategica
El gigante asiático ya firmó convenios para construir represas hidroeléctricas en el sur del país y, de a poco, se está involucrado fuertemente en el mercado de la energía solar, eólica y biomásica, lo que genera incertidumbre en actores nacionales de la energía renovable. El caso de la empresa nacional Industrias Metalúrgicas Pescarmona (Impsa).
Al respecto, Julio Totero, titular de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (Asinmet), sindicato que nuclea a operarios de Pescarmona, en conferencia de prensa durante la semana pasada señaló que “el problema de fondo en Impsa es la falta de trabajo”, en referencia a la crisis por la que está atravesando la empresa dedicada a la energía hidroeléctrica y eólica, entre otras, frente a la dificultad de poder competir en igualdad de condiciones con capitales chinos.
“Más de 400 empresas del sector metalúrgico trabajan con IMPSA en la región. El ingreso de compañías del país asiático está dañando fuertemente la competitividad local en términos de empleo, e ingresos del país. Hoy, distintas proyectos energéticos, eólicos e hidroeléctricos, están siendo evaluados con equipamiento oriental, desperdiciando el potencial tecnológico que tiene la Argentina dentro de IMPSA y las empresas que trabajan en el sector”, cuentan a Energía Estratégica fuentes cercanas a la Pescarmona.
“Empresas del sector eólico por ejemplo, de origen danés, alemán, español, y chino, entre otros, cuentan con la protección de sus casas matrices para acercar propuestas financieras –continúan-; la argentina no cuenta con esa ventaja, por lo que en condiciones de competencia, se parte de un escalón más abajo”.
Es por ello que desde la Cámara de Industrias Metalúrgicas comenzarán a analizar medidas para que se empiece a proteger la industria nacional en este sentido. “El chino viene con financiamiento, con mano de obra, con valor agregado y con personal, entonces hay que insistir fuertemente para que se revea este tema”, se quejan desde el sector.
Quien también realizó su descargo fue la Comisión Directiva de Asinmet, al disparar: “No alcanzamos a entender cuál es la necesidad de firmar convenios con China, quienes ya han demostrado su posición dominante en el mercado mundial y contra quienes es imposible competir. Estos acuerdos traerán pobreza, cierre de empresas y pérdida de nuestras capacidades de desarrollo”.
Por otra parte, en materia de energía eólica, continúan sellándose acuerdos y preacuerdos en distintos puntos del país con capitales provenientes del gigante asiático como el de Parque Eólico de Arauco en una supuesta V etapa, lo que perjudicaría enormemente a la empresa estatal IMPSA, adjudicataria en todas las etapas anteriores del complejo riojano, o parque eólico de 200 MW, ‘El Angelito’, al igual la Central Eólica Gastre.
Asimismo, sectores vinculados a la biomasa y a la energía solar barajan posibilidades de acordar con empresas chinas para concretar sus proyectos. Tal es el caso del Parque Solar Valle Solar en Mendoza o la planta biomásica forestal del norte de Santa Fe, en Villa Guillermina.
En cuanto al complejo solar mendocino, si bien el ministro de Energía de esa provincia, Marcos Zandomeni, dijo que “Mendoza no comprará tecnología china que remplace a los actores locales del mercado metalúrgico”, lo cierto es que ya hubo reuniones entre el directorio provincial y máximas autoridades de la empresa Hydrochina.
Si bien la necesidad de invertir con un monstruo financiero como lo es China es necesaria para la incipiente industria renovable argentina, ciertas empresas nacionales miran con preocupación esta dinámica de negociaciones que crece a pasos agigantados quitándoles protagonismo en la dinámica de mercado.