Fuente: Xinhua
El experto argentino en política internacional Jorge Castro remarcó hoy la importancia de que la inversión de China en Argentina llegue a la industria manufacturera local, tal como ha ocurrido en países como Brasil.
La inversión china en Argentina se ha concentrado en la producción agrícola y petrolera; sin embargo, ahora se realizan nuevas inversiones en infraestructura, en la producción de energía en centrales y represas del sur, y en la empresa ferroviaria Belgrano Cargas, indicó el politólogo internacionalista en entrevista con Xinhua.
La cuestión es cuándo la inversión china llegará a la industria argentina, a la industria manufacturera, como ha ocurrido en Brasil, donde existe la planta automotriz china Chery y ya está en pleno proceso de construcción la planta de Foxconn, en el estado de Sao Paulo, señaló Castro.
El titular del Instituto de Planeamiento Estratégico y voz de consulta obligada en América del Sur, consideró fundamental la reconversión de la producción industrial argentina para el desarrollo de la economía nacional en los próximos años, al resaltar la necesidad de integrarla a las cadenas globales de producción, tal como ocurre en Brasil.
“Lo fundamental de la inversión de China en los próximos años en Argentina está centrada en la producción de agroalimentos”, con el fin de incorporarla a una cadena de producción dirigida al mercado mundial, explicó.
En diálogo desde sus oficinas en el barrio Tribunales (San Nicolás) de Buenos Aires, Castro enfatizó que en el sector industrial de Argentina debe contemplarse la explotación de los yacimientos de “shale gas” y “shale oil” de Vaca Muerta en Neuquén (sur), lo cual implica la creación de un amplio parque de desarrollo industrial.
“El fenómeno de lo que ha ocurrido en Estados Unidos con el ‘shale gas’ (gas de esquisto) y el ‘shale oil’ (petróleo de esquisto) es que ha sido uno de los elementos fundamentales de la recuperación de la industria estadounidense, por la baja del costo de la energía, del combustible”, indicó.
“Algo semejante está en juego en la explotación de Vaca Muerta, en el sentido de que no se trata sólo de la exploración y explotación del petróleo, del ‘shale gas’ y el ‘shale oil’ en la cuenca neuquina, sino también del desarrollo industrial, sobre todo de industrias intensivas en materia energética, en materia de consumo de combustibles, por ejemplo la petroquímica”, puntualizó.
Para el experto, se requiere incorporar además la producción integrada de tipo industrial a las cadenas de valor globales, de las cuales China tiene el 25 por ciento del total.
“Los ámbitos más fundamentales son los agroalimentarios, y luego hay que tomar en cuenta el desarrollo de la industria manufacturera, sobre todo a partir de lo que implica la plena explotación de los recursos de ‘shale gas’ y ‘shale oil’ de la cuenca neuquina de Vaca Muerta. Son dos. Hay que agregar un elemento de especial importancia. La cuestión es cuándo”.
Recordó que China anunció en abril pasado que realizará importaciones en los próximos cinco años por un valor de 10 billones de dólares, según el primer ministro de ese país, Li Keqiang.
“Y al mismo tiempo va a aumentar sus inversiones en el exterior por una cifra que estima en 500.000 millones de dólares. La cuestión es en qué momento una parte significativa de esas inversiones no se dirigen a Europa o a Estados Unidos, sino que vienen a América Latina, y en especial a los países que poseen una importante estructura industrial”, señaló.
México, Brasil y Argentina son los países que más han avanzado en el proceso de industrialización, sobre la base de la estrategia de sustitución de importaciones, la cuestión es que “la próxima etapa de su industrialización sólo puede ocurrir en la medida en que unan su producción industrial a las cadenas globales de valor y producción”, explicó.
Hasta ahora, “lo que se hizo en Brasil y Argentina en materia industrial es el resultado fundamentalmente de la etapa de industrialización sustitutiva. Lo que viene es consecuencia de la probable incorporación de la producción argentina a las cadenas globales de producción”, añadió.
“El núcleo del proceso de reconversión industrial de Brasil y de Argentina. Aquí es donde la inversión directa china, que el primer ministro estima en 500.000 millones de dólares los próximos cinco años, puede cumplir un papel fundamental”, subrayó.
Para Castro, la situación de Argentina y Brasil es diferente a la de otros países de América del Sur, que son esencialmente productores de materias primas, donde el componente industrial es reducido o incluso inexistente.
El país de América Latina que ha recibido más inversión extranjera directa china es Perú, porque la totalidad es en la minería, destacó.
“En el caso de Chile hay un acuerdo de libre comercio, en el caso de Perú también. Los dos son grandes exportadores de cobre. Chile, el primero del mundo, Perú, el segundo del mundo, pero el caso de Argentina y de Brasil es distinto, por el hecho de que en América del Sur son los únicos dos países donde ha habido un desarrollo industrial significativo”, acotó.
Por esa razón, “la nueva etapa de la industrialización en Argentina y Brasil sólo puede ocurrir si se integra la industria del país con el sistema de producción de las empresas transnacionales, en el cual la inversión china, las empresas chinas, cumplen un papel fundamental”.
“En América Latina, hay sólo tres países industrializados: México, Brasil y Argentina. El más importante en lo que se refiere a sistema industrial, su ampliación y diversificación, es el brasileño”.
“La diferencia fundamental entre la industria mexicana y la de Brasil y Argentina es que la mexicana se ha transformado en parte del proceso de acumulación norteamericano. La industria radicada en México, más del 80 por ciento de sus exportaciones va al mercado de Estados Unidos”, precisó.
Según Castro, el papel de México es similar al de Canadá, ambos integrados con la economía y la industria estadounidense, mientras que Brasil y Argentina tienen un proceso de industrialización que hasta ahora depende de su mercado interno.
“En adelante, para crecer de acuerdo a los requisitos tecnológicos”, Argentina requiere hacerlo a través de la incorporación a las cadenas globales de producción, fundamentalmente a partir de la inversión china, concluyó.