Fuente: La Nación
En el área de infraestructura, la presencia de capitales y productos chinos empezó a sentirse con fuerza. La prometida revolución ferroviaria del ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, se basa prácticamente en productos chinos.
Atrás quedó la idea de desarrollar la industria ferroviaria argentina. “Hace años que la Argentina no tiene industria ferroviaria”, dijo días pasados el ministro en declaraciones a radio Continental.
En poco menos de un mes, el ferrocarril Sarmiento estará completamente integrado por formaciones chinas. Para renovar el ramal primó la urgencia y el pragmatismo. No hubo financiamiento de ningún banco chino, se optó por negociar los precios y pagar dos adelantos y el resto contra entrega del material.
Esas mismas condiciones se utilizaron para la compra de los otros vagones que correrán por las vías de otros ramales. Para el alicaído Sarmiento también se compró a China el sistema de señalamiento que alguna vez se había contratado a la alemana Siemens.
Una de las críticas que se escuchan es que los empresarios chinos, que habían prometido la instalación de una planta en la Argentina para el mantenimiento de la flota, aún no han hecho ningún movimiento para radicarse en el país.
A diferencia de lo que sucedió con estos trenes pagados al contado, la millonaria inversión en el ferrocarril Belgrano Cargas sí tendrá financiamiento de bancos chinos. Para renovar el vital ramal productivo, el Gobierno logró 2099 millones de dólares que financiará el gobierno chino. A eso se sumarán otros 370 millones del Tesoro para llegar a una inversión total de 2470 millones de dólares. Estos fondos serán destinados a la renovación del sistema carguero ferroviario nacional, junto a la ejecución de 1511 kilómetros de vías nuevas de Trenes Argentinos Cargas y Logística (TACL).
Pero sin duda la gran apuesta kirchnerista es lograr que finalmente se termine de acordar el financiamiento para las plurianunciadas y renombradas centrales patagónicas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, antes Condor Cliff y Barrancosa.
Para esa obra, la más grande que licitó durante el kirchnerismo, un complejo entramado de bancos y estado chino financiarán el total de los por ahora 4000 millones de dólares que costarán las presas. Electroingeniería y la compañía china Gezhouba, fueron las adjudicatarias de la licitación.
Por ahora, los desembolsos no han empezado. El crédito para los trenes está prácticamente acordado; los millones que tendrían que venir para las centrales están más demorados..