Fuente:Asianortheast
La presencia de China en América Latina cada vez es mayor y ahora con este segundo viaje del presidente chino, Xi Jinping, sólo sirve para certificar los numerosos negocios de Pekín con los países latinoamericanos, donde México, Argentina, Brasil, entre otros, forman parte del deseado dinero y ayuda del “gigante asiático”, mientras Estados Unidos contempla con cierta resignación el auge y la influencia de Pekín en la zona.
China tiene un gran interés en las materias primas de Brasil, por lo que desea invertir en sus ferrocarriles para reducir los costos de transporte, pero al mismo tiempo, la economía brasileña ha tenido un exiguo crecimiento económico desde 2010, cuyo PIB puede ser menor del 1 por ciento en este año y es precisamente la ausencia de inversiones en logística e infraestructura uno de los obstáculos importantes para su crecimiento, pero el “gigante asiático” puede ayudarle mucho.
El comercio bilateral entre ambos países alcanzó en 2013 los 90.200 millones de dólares, lo que ha posicionado a China como primer socio comercial de Brasil y al país carioca como el noveno para el “gigante asiático”.
Por otra parte, el nuevo banco del los BRICS, capitalizado por cada país con 10.000 millones de euros, (Rusia, China, India, Brasil y Sudáfrica) origina una guerra comercial con Estados Unidos, ya que el Congreso estadounidense no quiere que el Fondo Monetario Internacional (FMI) apruebe una reforma que llevaría a China al tercer lugar en capacidad de decisión y luego habría incorporado a Brasil, India y Rusia a los diez primeros, cuando actualmente el FMI está encabezado por EEUU, Alemania, Francia, y el Reino Unido, pero lo que está claro que los BRICS, sobre todo China y Rusia, aspiran a dar a su alianza económica “antidolar” una dimensión comercial, alentando los intercambios en sus propias monedas, según los analistas.
China ha logrado que el nuevo banco de los BRICS tenga su sede en Shanghai y nace para hacer frente, según los analistas, desde el punto de vista financiero, “a los déficits de infraestructuras y de otras necesidades de desarrollo” de estos Estados, y se crea porque el Fondo Monetario Internacional (FMI), que es quien, en teoría, debería atender estas cuestiones, es insuficiente para hacerlo, según dicen estos países, que acusan, a su vez, a este organismo económico internacional de falta de representatividad, credibilidad y eficacia.
Por ello, el protagonismo de EEUU por impedir esa reforma del FMI que podría darle muchos galones a Pekín. No obstante, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, ya advirtió que este nuevo banco no es contra el FMI, pero Brasil puede convertirse en uno de los principales exportadores hacia China.
Sin embargo, mientras el presidente ruso, Vladimir Putin, en su gira latinoamericana condonó a Cuba una deuda de 35.000 millones de dólares prestados por la antigua Unión Soviética, luego en Buenos Aires firmó acuerdos sobre energía nuclear y declaró a Argentina “principal socio latinoamericano” de su país y ya con la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ratificaron un acuerdo comercial bilateral de hasta 10.000 millones de dólares anuales, China lo que hace en la esta zona con estos países citados es inmenso en comparación con lo que acaba de realizar Moscú, pero la importancia de tener un socio estratégico entre los BRICS es muy determinante para Argentina.
China se ha convertido en un socio económico indispensable de Argentina en los últimos años, mientras gobiernos y empresas estadounidenses y la Unión Europea (UE) han mantenido la cautela en este país sudamericano, pero ¿quién detiene al “gigante asiático”?, que se ha convertido en el segundo socio comercial de Argentina, el quinto inversor extranjero y además le presta fondos cuando otros no lo hacen. China fue el segundo mayor socio comercial de Argentina en 2013, con un volumen de comercio bilateral de 14.800 millones de dólares.
Pero una de los acuerdos más importantes ha sido la firma entre los bancos centrales de Argentina y China que les permitirá intercambiar monedas locales por un valor de hasta unos 11.000 millones de dólares, además de los 4.700 millones de dólares para financiar la construcción de dos gigantescas represas hidroeléctricas en la sureña provincia argentina de Santa Cruz.
Esta nueva realidad de los BRICS tiene como principal protagonista al presidente chino, Xi Jinping, el nuevo “Papá Noel” como le han bautizado ya los analistas, y pone de manifiesto que su política latinoamericana sea vista como una respuesta a la de EEUU en Asia, donde Japón, Vietnam y Filipinas sellan acuerdos militares cada vez más intensos con Washington.
Pero China, que no participó en el Mundial de Fútbol de Brasil, si estuvo presente y se hizo notar cuando una publicidad de Yingli, la fábrica de paneles solares que iluminó el estadio de Maracaná y así a través del fútbol hizo su presentación internacional como potencia energética.
Pero en su visita a Argentina ha concretado inversiones en trenes y obras públicas (como la presa para producción hidroeléctrica Néstor Kirchner) por un monto de hasta 12.000 millones de dólares, mientras que luego en Venezuela concluirá su gira latinoamericana con importantes acuerdos con Caracas con la firma de acuerdos en materias como energía, agricultura, tecnología y comercio, con el objetivo de aumentar los intercambios bilaterales, que en 2013 se situaron en los 19.200 millones de dólares, pero Xi Jinping no se olvidó de su histórica Cuba y con el presidente cubano, Raúl Castro, suscribió importantes convenios en comercio, agricultura, biotecnología, cultura y educación.
Lo que está claro que el puente entre América Latina y China se extiende cada vez más, su influencia no tiene límite. Hace algo más de 30 años China sacó de la pobreza a más de 700 millones de personas, y ahora es la segunda economía del mundo, además del mayor productor y exportador de bienes manufacturados, pero en 2030 su población habrá envejecido más de la cuenta, tendrá un crecimiento más cualitativo y su crecimiento económico bajará entre un 4 al 6,9 por ciento. Precisamente esta semana su crecimiento en el segundo trimestre del año fue del 7,5 por ciento.
Y para redondear el éxito del presidente Xi, su segundo viaje por la zona, donde visitó Brasil, Argentina, Cuba y esta semana Venezuela, tras su primer viaje a Costa Rica y México en 2013, desde que asumiera la Presidencia del país, en ese año, acaba de donar 35.000 millones de dólares de recursos propios para financiar proyectos en América Latina tras su importante encuentro en Brasilia con jefes de Estado de once países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Santiago Castillo, periodista, escritor, director de AsiaNortheast y experto en la zona