Fuente: La Gran Epoca
Acuerdos comerciales, inversiones millonarias y hasta un salvataje financiero formaron parte de los anuncios en la reciente visita del mandatario chino Xi Jinping a nuestro país. Pero, ¿en qué quedó todo aquello y en cuánto beneficia a la Argentina?
Una relación cada vez más asimétrica
Se sabe que China necesita alimentos, agua y prácticamente todo tipo de recursos naturales para satisfacer la demanda de su creciente población. Es por ello que desde hace años puso un pie firme en África, lo que generó muchos cuestionamientos, tales como el avasallamiento en los recursos naturales de este continente y los escasos beneficios que trajo al desarrollo del pueblo africano. En ese marco, el “gigante asiático” aumentó su influencia también en América Latina y desde entonces el comercio bilateral ha crecido significativamente, aunque la relación es profundamente asimétrica.
En 2013, Argentina tuvo un saldo comercial deficitario de 5.000 millones de dólares con China
En 2013, Argentina tuvo un saldo comercial deficitario de 5.000 millones de dólares con China. De hecho, desde hace seis años nuestro país le compra más de lo que le vende. Sin dudas, esto preocupa a las autoridades, ya que esta brecha es cada vez mayor y representa un considerable egreso de divisas.
Si analizamos la composición de ese flujo comercial, las noticias tampoco son favorables para nuestro país. Mientras China nos vende manufacturas, productos electrónicos y hasta bienes de capital, la absoluta mayoría de las exportaciones argentinas son derivados de la soja, con un valor agregado prácticamente nulo.
El presidente de la Sociedad Rural Argentina, Luis Miguel Etchevehere, se mostró escéptico con los nuevos acuerdos al afirmar que no fueron convocados a participar de los encuentros, “de lo que sí estamos seguros es que no les creemos ni una palabra”, dijo el dirigente agropecuario con respecto a los anuncios oficiales en una entrevista en Radio El Mundo.
La avalancha de productos chinos en el mercado local está mermando la industria argentina
Desde el lado industrial, las opiniones no fueron más favorables, dado que justamente la avalancha de productos chinos en el mercado local está mermando la industria argentina. Ya a principios de este año José Ignacio De Mendiguren (UIA) había advertido que la relación con China era totalmente desfavorable para el país, “implica 90% de exportación en commodities contra 90% de importación en manufacturas”, dijo en una columna en el diario La Nación.
La letra chica de las inversiones
Estas nuevas inversiones no están relacionadas con las que se anunciaron en 2004, cuando el entonces mandatario chino Hu Jintao visitó el país y el gobierno argentino anunció inversiones por 20.000 millones de dólares que luego el régimen chino desmintió.
En esta oportunidad los dos grandes anuncios fueron el equipamiento del ferrocarril Belgrano Cargas y la construcción de las represas hidroeléctricas en Santa Cruz, sumando entre ambos unos 7.500 millones de dólares.
Cualquier mínimo arreglo tiene que hacerse con repuestos chinos
“¿Qué pasó? ¿No íbamos a fabricar trenes en los talleres de Tafí Viejo? Ahora los chinos nos van a mandar hasta los pasajeros”, dijo irónicamente Alberto Sellaro, titular de la Cámara de la Industria del Calzado ante los controvertidos acuerdos.
Es que a juzgar por lo que fue el convenio firmado para la remodelación de los ferrocarriles Sarmiento, Mitre y San Martín, se intuye que el país asiático sale mucho más beneficiado. No solo les compramos los vagones y locomotoras sino que cualquier mínimo arreglo tiene que hacerse con repuestos chinos, aun si estos superan con creces el valor de fabricarlos en Argentina.
Por ejemplo, cuesta $3.550 reemplazar una butaca que en el mercado local se consigue a solo $603, según un informe del programa televisivo Periodismo Para Todos emitido el pasado 3 de agosto. En esa línea, informaron que el asiento del conductor del tren, por contrato, cuesta unos $15.300, más del doble que uno similar en el mercado local.
Con respecto a las represas de Santa Cruz, aún se sabe muy poco. Solo que la construcción de las mismas será financiada por un banco chino y que el consorcio que las construirá está conformado por la empresa argentina Electroingeniería y la china Gezhouba (esta última acusada por corrupción en Nepal).
“El yuan es una moneda que no tiene inserción internacional”
Asimismo, algo para desarrollar en otro momento pero que cabe mencionarse por su importancia, es que existen sospechas de que la empresa china titular de la concesión de la mina de hierro de Sierra Grande, podría estar extrayendo toneladas de cobalto, elemento esencial para la producción de armamento nuclear y para la producción de la “bomba sucia”, capaz de matar a millones de personas en el mundo entero.
El fin de los acuerdos financieros
El swap es un acuerdo entre dos monedas para resolver alguna contingencia, ya sea en la balanza de pagos o algún otro problema coyuntural.
Con China se anunció un swap equivalente a 11.000 millones de dólares, el tema es que algunos políticos y analistas especularon en que la moneda china podría llegar a engrosar las menguantes reservas del Banco Central de la República Argentina, pero esto parece difícil de considerar.
“El acuerdo financiero es una absoluta fantasía”, dijo al respecto el economista Carlos Melconian. “El yuan es una moneda que no tiene inserción internacional”, expresó asimismo el ex presidente del Banco Central, Aldo Pignanelli, añadiendo que la moneda china ni siquiera puede contabilizarse como reserva internacional.
“Al mejor estilo de la relación neocolonial del siglo XIX con Gran Bretaña”
“Tal vez nos puede ayudar a importar más cosas desde China, nada más”, sentenció Pignanelli; lo cual incrementaría aun más el déficit comercial que posee Argentina con el “gigante asiático”. De ser así, hay que ver hasta dónde le conviene al país usar este swap
Perspectiva de una experiencia conocida
“Nos definen como periferias proveedoras de materias primas y recursos estratégicos, al mejor estilo de la relación neocolonial del siglo XIX con Gran Bretaña”, señaló duramente el senador Fernando “Pino” Solanas en un matutino al referirse a la relación de Argentina con China y los países del BRICS en general.
Las relaciones entre Argentina y China están basadas más en el intercambio comercial que en las inversiones. Pero lo cierto es que desde hace cinco años las exportaciones argentinas están estancadas, al mismo tiempo que año tras año el déficit comercial es cada vez mayor.
Luego de la reciente visita del mandatario chino Xi Jinping, las autoridades nacionales dijeron que era una buena oportunidad para que ambas economías se complementasen pero, a juzgar por la tendencia manifestada en las relaciones precedentes, todo parece indicar que lamentablemente se profundizarán aun más estas asimetrías.