Fuente: La Nación
En un petit hotel en plena Recoleta y rodeado de un puñado de empleados, uno de los empresarios más poderosos que tuvo la Argentina de las últimas décadas dedica sus horas a cultivar la relación con China. “Nosotros somos chinos. Nos apoya China; ganamos con China; cobramos comisiones de China. No recibimos nada que no sea de China. Le repito: nosotros somos chinos”.
Cuenta que ya no tiene ninguna empresa y que sólo lo ocupa generar negocios con el país asiático. “Todas las compañías quedaron a mis hijos. Yo me quedé con un 33% del capital para hacer esto de China, pero nada más”. Dice que no le gusta la política, pero arriesga algunos conceptos. Respecto de la presidenta Cristina Kirchner, valora la “intención industrializadora que tiene el Gobierno” pero admite que su última creación industrial, la automotriz Chery, la instaló en Uruguay por una razón: “[Roberto] Lavagna me dijo que no iban a autorizar la instalación de Chery. Y nos fuimos a Uruguay”.
-¿Cómo ve la Argentina?
-Es un momento difícil. Hay una evolución positiva de la economía y del proyecto de la señora presidenta. Yo soy un industrialista porque sin industria no hay empleo. Yo tuve una dificilísima relación con [Carlos] Menem. Al principio, con Bunge y Born y con Amalita [Fortabat], lo apoyamos mucho, pero después hizo una política no coherente con la industria. Al punto que en 2000 yo dije que a este paso íbamos a terminar siendo una provincia de Brasil. Pues lo fuimos.
-¿Cree que éste es un proyecto industrialista?
-Creo en este proyecto industrial.
-¿Cree que China es el socio comercial que necesita la Argentina?
-El primer auto chino [Chery] que se fabricó fuera de China lo hicimos nosotros. China apoya a América latina, apoyan y desean estrechar las relaciones con la Argentina.
-Ese gran apoyo no se materializó, más allá de la compra de materia prima o alguna empresa.
-De parte de la Argentina hubo muchos cambios, pero aún no se ha tomado conciencia hasta el último tiempo de la importancia de todo esto. Néstor Kirchner me pidió una vez que fuera a verlo y me dijo: “Ocúpese, porque la crisis que vamos a tener en unos años en los subterráneos y los subtes va a ser tremenda”.
-¿Tiene relación con el Gobierno?
-Hace poco, en un viaje que hizo el ministro Julio De Vido a China, nos pidió ayudarlo para armar tres reuniones, a pesar de que nuestra relación ha sido distante y complicada.
-¿Reuniones con quién?
-Una para hacer los diques del Sur [las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, ex Barrancosa y Cóndor Cliff), otra con el sector nuclear y otra con gente de telecomunicaciones.
-¿Alguno avanzó?
-En la Argentina, todo lo que se refiere a venta de trenes y subterráneos, de la máxima calidad. Estábamos por firmar una primera central nuclear [Atucha III], pero parece que la van a hacer los canadienses. Para central nuclear teníamos un financiamiento de 30 años al 5%.
-Los coches nuevos de la Línea A son chinos.
-Son los “Mercedes-Benz” del ferrocarril, los mejores coches que hay a nivel mundial. Hay otros que son “Fititos”. China tiene calidad alta, intermedia y baja. Nosotros en venta de trenes y subterráneos representamos a la máxima calidad china.
-¿Qué opina de los que compró el ministro Randazzo para las líneas Mitre y Sarmiento?
-No participamos. Estamos con la duda de que sean Mercedes-Benz.
-¿Qué pasó en la fallida operación con el Belgrano Cargas?
-Salimos del Belgrano Cargas hace cerca de 10 años cuando se constituyó SOE [una sociedad operadora] y nosotros facilitamos la operación sin solicitar ningún reembolso porque no estábamos de acuerdo con lo que se estaba haciendo. El Belgrano es la espina dorsal del país. Los camiones encarecen el costo de las cargas. La recuperación del Belgrano Cargas es emblemática y ahora es posible hacerla con vagones de alta calidad y muy buena financiación, y a nosotros nos interesa participar. La Presidenta, esta vez, está trabajando en forma muy seria una solución para el Belgrano Cargas.
-¿Ya no tiene nada que ver?
-No, nada que ver. Cuando armaron SOE estuvimos obligados a facilitar la operación y nos retiramos. Los empresarios que formaron SOE no son ni kirchneristas ni nada. Son los de siempre.
-Pero dice que ahora volvió a negociar con el Gobierno…
-Negociamos de nuevo. Ese tren no ha sido utilizado más; no existe.
-¿Se mantiene el interés chino?
-Con la Argentina de hace años, los chinos tenían cierta prudencia y eso se traducía en costo financiero. La gente de SOE [el grupo Emepa, Roggio y los gremios ferroviarios además de camioneros] hizo una oposición a la inversión china; pero ahora la Presidenta bajó la tasa de interés y se negocia de nuevo.
-¿Con Randazzo?
-Sí, se trabaja firme, seriamente. Convencimos a los chinos de que hagan buen precio, éste no es el Gobierno de hace unos años. La cosa cambió. A los chinos no les interesa ganar plata. O sea, le puede interesar a una fabriquita como la que cotizó [los trenes que compró Randazzo] que si no agarra el trabajo cierra, pero no a Cemec. China está dispuesta a respaldar a la Argentina. Hay una cosa que sí me preocupa.
-¿Una sola cosa le preocupa?
-¡No! Brasil firmó hace poco un acuerdo con China que es el que nosotros tenemos desde hace años. Y así como yo dije que íbamos a ser una provincia de Brasil, ahora vuelvo a decir que si China le da todo el financiamiento a ellos y no a nosotros?
-¿Si eso pasa, usted qué hace?
-¿Yo? Me jubilo. Total mis hijos van a decir: ¡Basta papá, no rompas más!
-¿Por qué llevó Chery a Uruguay y no la radicó en el país?
-Porque la Argentina no me permitió poner la fábrica acá. Fue Lavagna personalmente el que me dijo: “No te damos la autorización”.
-¿Por qué cree que fue?
-Por política.
-¿Cree que hay industrialización?
-La tentativa se hace. Creo que es una de las prioridades de la Presidenta. Sin industria no hay trabajo. ¿Quién va a dar trabajo? ¿El tractorcito en el campo? No, la industria.
-¿Tanto cree en China?
-Ningún esfuerzo es en vano si la Presidenta logra, finalmente, recostarse en la unión con China que firmó.
-¿Cree que puede pasar eso?
-¿Por qué no?
-Porque no pasó en 10 años.
-Pero la oposición no ha sido de ella, sino de los intereses locales.
-El subte está en manos de su hijo, ¿eso lo perjudica o no?
-Nunca ofertamos a la Ciudad. Hay una licitación y estamos viendo si nos presentamos o no.
-¿Qué opina de la gestión de su hijo?
-Yo he sido apolítico. Las pocas veces que me metí, con Amalita [Fortabat], Bulgueroni, Bunge & Born, apoyando a Carlos Menem tuve más desencantos que nunca. Si por mí fuera, Mauricio no debería estar en política, pero si las circunstancias se dan y le toca ser elegido, va a hacer un buen gobierno.
-¿Cree que la Argentina va a poner el foco en los ferrocarriles o va a seguir haciendo parches…?
-Le hago una pregunta a usted, ¿cree que puede prescindir?
-No debería, pero de hecho, prescinde de grandes proyectos.
-Era la preocupación de Kirchner. No hay capacidad de producción acá, se arreglan por un tiempito.
-¿China financiaría a la Ciudad?
-Es difícil. No lo sé.
-Siempre podría, pero finalmente no llega financiamiento…
-El Belgrano Cargas no tiene solución sin China. Hace 10 años que SOE trabaja y tiene cuatro vagones funcionando. Se va a tener que hacer porque el costo del camión es altísimo. No lo veo convencido…
-Pasaron 10 años, no se hizo nada con el tren y se subsidió la compra de camiones…
-Todo tiene un límite. Está hablando de personajes muy difíciles. [Hugo] Moyano salió cuando yo tenía Manliba; son personajes difíciles. ¿Usted quiere decir que deberíamos tener mejores empresarios?
-Quizá.
-Mire, a los llamados empresarios K los conozco desde que tenían pantalones cortos. Y los empresarios tienen que aprender.
-¿Cómo ve a sus colegas empresarios?
-Colegas no; yo no soy empresario, soy un trader.