Capitales chinos “invaden” la Argentina para dominar el negocio de las “energías limpias”

Fuente: Iprofesional

Crece la preocupación en el sector a raíz del fuerte avance de los asiáticos en el país. Ofrecen créditos blandos a cambio del uso de su tecnología. En la última licitación, el grueso de los proyectos que incorporaron componente nacional quedó fuera de competencia. Los detalles de la incursión

Bancos y compañías del gigante asiático desembarcaron en el país para avanzar en la construcción de parques de energía solar y eólica.

No lo hacen por amor al arte o al medio ambiente. Más bien, coparon el mercado aportando recursos financieros frescos y créditos con tasas muy bajas de interés a cambio del uso de su tecnología.

Competir comercialmente con China resulta prácticamente una “misión imposible” para los productores locales.

La capacidad de producción asiática a gran escala -actualmente ociosa- con salarios diez veces inferiores le permite al país ofrecer equipos a precios impensables para la economía nacional.

Si bien esto se hace extensivo a diferentes sectores, en el de las energías renovables se observa con mayor claridad por tratarse de una actividad de capital intensivo.

Y aunque ya se sabía de la fuerte presencia china en la Pampa Húmeda, días atrás quedó plenamente confirmado.

Concretamente, cuando se dieron a conocer los precios ofertados por las compañías que participaron de la licitación de energías limpias que lanzó el Ministerio de Energía y Minería de Juan José Aranguren.

Los proyectos que se posicionaron con mayores chances de resultar adjudicatarios de los contratos están vinculados de una u otra manera, con capitales provenientes del territorio más poblado del mundo.

En lo que respecta a la energía eólica, el ejemplo más visible es el de Envisión Energy, que ofertó a u$s49,1 el MWh para la iniciativa “Vientos del Secano”.

Por cierto, esta propuesta se ubicó como la más barata de la plaza. ¿Cómo? Más allá de las cualidades técnicas del emprendimiento, está apalancado por bancos chinos y tasas de interés sustancialmente más bajas.

Así, la empresa logró pisar fuerte en suelo argentino: sobre 600 MW que puso en juego el Gobierno, aspira a quedarse con prácticamente un tercio de esa cifra.


Otro consorcio que ha estructurado su financiamiento a través de entidades con base en Pekín -y vía organismos internacionales de crédito- es el de la riojana Parque Eólico Arauco S.A.P.EM.

En la compulsa, propuso ampliar su central -actualmente en marcha- con dos proyectos de 100 MW.

A priori, uno de ellos figura entre los ganadores.

En el caso del segundo, espera que el Gobierno extienda la potencia a adjudicar -originariamente de 1.000 MW- para hacerse del contrato.

En suma, estos dos players –Envision Energy y Araucoconcentran nada menos que el 50% de la torta eólica.

Y no fueron los únicos que apostaron por el dinero barato que les ofrece la República Popular.

“Se estima que la mitad de las ofertas de energías limpias incluye financiamiento chino”, asegura un referente de la industria que sigue muy de cerca los movimientos del mercado.

La misma situación se repite en el caso de la tecnología solar.

El emprendimiento presentado por JEMSE (caballito de batalla del Gobernador de Jujuy, Gerardo Morales) contempla la participación de Powerchina, Shanghai Electric y Talesun como socios estratégicos.

Su pretensión es también ambiciosa. Apunta a quedarse con los 300 MW de potencia que destinaron las autoridades a esta fuente renovable.

Aunque hay críticas de los privados, no se descarta que lo consiga. Y, de concretarse, sólo se vería un nuevo parque en Jujuy.

El ente financiero que aportará los cientos de millones de dólares es el Eximbank.

Siguiendo con el análisis de la subasta solar, en cuanto a precio, la oferta más económica fue la de Fieldfare: u$s58.98 por 100 MW para su “Proyecto Solar La Puna“, en Salta.

Esta sociedad está compuesta por seis miembros, siendo uno de ellos Álvarez de Eulate, quien trabajó en el pasado para ISOLUX.

Según explicó a iProfesional un alto directivo de Fieldfare, aún no está definido el origen del financiamiento, pero una de las opciones que se presenta como la más atractiva apunta directamente al país comunista.

Es el mismo caso de ISOLUX, si bien cuenta con menos posibilidades de quedarse con el negocio.

Jinkosolar, que figura en el podio de las ofertas, es lisa y llanamente una empresa china que dispone de recursos propios.

Este avance del capital asiático en la Argentina viene cosechando varias críticas y ampliando la polémica.

Bruno Fornillo, miembro del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y autor del libro “Sudamérica Futuro. China global, transición energética y pos-desarrollo”, es uno de los que no oculta su inquietud.

“Deberíamos preocuparnos por estas inversiones, fundamentalmente porque en la mayoría de los casos atenta contra la capacidad de producción endógena”, alertó.

Ocurre que, en general, los prestamistas asiáticos imponen la utilización de aerogeneradores o paneles solares propios como condición para aportar su capital.

“No por casualidad en las últimas conversaciones mantenidas con el gobierno nacional la parte china trajo a colación su deseo de insertarse en el campo de las renovables”, alertó Fornillo.

¿Y la industria nacional?
En la reciente subasta de energías renovables, hubo un dato que no pasó desapercibido para los analistas del sector.

El grueso de los proyectos que incorporaron componente nacional quedó fuera de competencia, a raíz de haber propuesto valores más altos.

Mendoza fue el pato de la boda, ya que se quedó sin nada pese a haber presentado diez iniciativas con un porcentaje de integración local superior al 80 por ciento.

La desazón y molestia de los funcionarios cuyanos quedaron expresadas en las palabras de Emilio Guiñazú, subsecretario de Energía y Minería de Mendoza.

“El Estado nacional tiene que empezar a coordinar mejor sus políticas. No puede seguir agitando la bandera de la pobreza cero y, al mismo tiempo, no fomentar el empleo”, criticó con dureza.

Por lo pronto, los industriales locales esperan que el Gobierno brinde mayores señales al desarrollo fabril para una segunda etapa, en un contexto en el que ya se ha transitado la mitad del camino de la ronda uno del Programa RenovAr.

Según el Ministro de Energía Aranguren, la próxima licitación será entre marzo y abril del próximo año.

Con esa fecha en mente, resulta conveniente anticipar las condiciones de inversión y así gestar el desarrollo de los proveedores argentinos.

En definitiva, plantean elaborar un plan nacional de fomento.

Más que eximir de impuestos a los productos importados, plantean seguir el ejemplo de Brasil, que puso foco en estimular la instalación de plantas en el país.

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