Fuente: InventariandoChina
WSJ. Por DAVID LUHNOW miércoles, 20 de enero de 2016 0:04 EDT. Se solía decir que cuando Estados Unidos se resfriaba, América Latina le daba la influenza completa. Hoy en día, China ha sustituido al país norteamericano como el principal motor de la suerte (o desgracia) económica de gran parte de la región. Cuando China estornuda, América del Sur tiene fiebre.
La caída global de los precios de las materias primas como consecuencia de la desaceleración china ha golpeado a América Latina más que a ninguna otra región, causando una contracción de casi 1% en la producción económica el año pasado, según el Banco Mundial. Este año no se ve mucho mejor, con proyecciones de crecimiento nulo para toda la región.
“Va a ser un año difícil, y una prueba de la resistencia de estas economías”, advierte Carlos Arteta, economista del Banco Mundial y coautor del informe de perspectivas globales del organismo.
Aun así, existen grandes diferencias entre los países de la región. Se prevé que el crecimiento sea moderado a bueno en México, América Central y el Caribe, comparado con Sudamérica, que sufre una recesión. El país con el mejor desempeño sería Panamá, con una expansión de 6,2%.
Nada simboliza la suerte cambiante de la región como los Juegos Olímpicos de este año, que se llevarán a cabo en Rio de Janeiro. Cuando la ciudad obtuvo la sede en 2009, Brasil disfrutaba de un auge y se suponía que el evento coronaría su ascenso al mundo desarrollado. En cambio, Brasil está sumido en una profunda crisis económica y política.
Incluso dentro de Sudamérica, hay una gran diferencia entre las perspectivas de países que ahorraron una mayor parte de sus ganancias del auge de los commodities, como Chile, Colombia y Perú, y las de los derrochadores, como Brasil, Venezuela y Argentina, los cuales enfrentan una combinación tóxica de crecientes déficits, inflación y tasas de interés.
“El tema clave es la divergencia”, dice Bill Adams, economista internacional de PNC Financial Services Group, en Pittsburgh. “Hoy vemos una divergencia bastante dramática entre México y países como Brasil, para no mencionar a Venezuela”.
México probablemente registre un crecimiento más robusto este año, de 2,8% comparado con 2,5% el año pasado, principalmente gracias a una continua demanda estadounidense de sus exportaciones, estima el Banco Mundial. Los bajos precios del petróleo, no obstante, socavarán la capacidad del gobierno de gastar y limitarán los potenciales beneficios de la histórica apertura de su sector energético.
El Banco Mundial prevé que la economía de Perú crezca 4,5% y la de Colombia, 3%. Venezuela, en cambio, se contraería 4,8%, tras el declive estimado de 8,2% el año pasado, mientras que la economía brasileña caería 2,5%, continuando la recesión de 3,7% de 2015, indica el organismo.
Las diferencias en los presupuestos son pronunciadas. Perú, que tuvo superávits durante gran parte del auge de los commodities, ahora registra un déficit fiscal de 2,1% de la producción económica anual. Brasil, en tanto, enfrenta una brecha presupuestaria de 10% del Producto Interno Bruto y tiene una calificación de “chatarra” en su deuda soberana.
El caso de Venezuela es aún peor: el déficit fiscal se estima en cerca de 25% de su PIB. El banco central está imprimiendo dinero para tapar el agujero, lo que podría llevar a la inflación a 1.000% este año, de acuerdo con Bank of America.
Una sorpresiva buena noticia podría ser Argentina, donde el nuevo presidente, Mauricio Macri, ha actuado con rapidez para desmantelar años de políticas económicas populistas de su predecesora, Cristina Fernández de Kirchner y su fallecido esposo, Néstor. Macri ha levantado los controles de divisas, eliminado la mayoría de los impuestos a las exportaciones agrícolas, anunciado una inversión de US$500 millones para producir hidrocarburos de esquisto y comenzó a reformar la desacreditada agencia oficial de estadísticas.
En una clara muestra del nuevo pragmatismo de Argentina, Macri asistirá al Foro Económico Mundial de Davos, la primera vez que un mandatario argentino se hará presente desde la visita en 2003 del entonces presidente, Eduardo Duhalde.
El retorno de Argentina a la principal cumbre del capitalismo sugiere que América Latina podría estar entrando en un período de mayor pragmatismo, algo que se esperaba desde hace mucho.
“La lección de esto es que estos países necesitan hallar formas de identificar fuentes de crecimiento endógenas que no dependan de condiciones externas”, señala Alberto Ramos, economista jefe de América Latina en el banco de inversión estadounidenseGoldman Sachs. “Durante los años buenos no vimos suficientes reformas, y algunos lugares retrocedieron”.
—Anthony Harrup y Ryan Dube contribuyeron a este artículo.