Fuente: Cronista
Apostando a una nueva generación de embarcaciones grandes que transformarán el comercio mundial, China que aportó a América latina inversiones y créditos para el comercio por u$s 100.000 millones tiene en la mira rutas nuevas y más rápidas hacia Asia a través de proyectos de canales rivales en la región.
Tras años de obras (es un proyecto a ocho años) está casi lista la ampliación por u$s 5.300 millones del centenario Canal de Panamá, lo que facilitará el paso de buques con cargas dos veces superiores a las actuales. Pero antes de que ese proyecto finalice, Beijing que es el segundo mayor cliente del canal, está analizando obras para ampliarlo aún más.
Mas al norte, la compañía china Hong Kong Nicaragua Development (HKND), comenzó la construcción de una ruta por u$s 50.000 millones que cruzará Nicaragua y por la que podrán circular buques mayores a los que recibe Panamá. La espera inaugurar en 2019.
La vía original de 81 kilómetros entre el Atlántico y el Pacífico, concebido por Francia pero construido por Estados Unidos, es en realidad un canal nuevo y se estima que empezará a operar a principios de 2016. Pero si la demanda es suficiente, la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) cree que en 15 años podría estudiar otra ampliación.
“Sí, nos estamos preparando para eso”, aseguró Francisco Miguez, vicepresidente ejecutivo para administración y finanzas de ACP. China Harbour Engineering, una compañía constructora estatal, “se nos acercó diciéndonos que cuando estemos listos, ellos . . están interesados en participar”.
Beijing se cuida de no sugerir que está cubriendo sus apuestas para el caso de que el canal de Nicaragua, donde empezaron las obras en diciembre pasado, nunca se construya. Tang Zhongdong, director de negocios de CHEC para América, aseguró que Panamá se acercó a su compañía el año pasado y “nosotros mostramos nuestro interés, pero todavía no hay planes detallados.”
Los puertos y constructoras de Estados Unidos están preparándose para buques aún más grandes. El Canal de Panamá ampliado podrá recibir los buques nuevos Panamax que cargan hasta 13.000 contenedores los anteriores llevaban hasta 5.000 y permitirá a EE.UU. exportar gas a China, Japón y Corea del Sur. China representa más de una cuarta parte del volumen de carga que atraviesa Panamá, lo que explica su interés por garantizarse rutas rápidas.
Miguez lo llama “un punto de inflexión, no sólo para Panamá sin para el mundo”.
Es un proyecto de ingeniería a escala descomunal. Las 16 compuertas tienen diez pisos de alto; las esclusas están construidas con la misma cantidad de acero que 22 torres Eiffel; el cemento utilizado alcanzaría para levantar 2,5 pirámides de Giza y los ingenieros tuvieron que mover 50 metros cúbicos de roca. Esos enormes desafíos condujeron a un mayor presupuesto y una dura disputa el año pasado sobre si los contratistas o la Autoridad debían pagar, lo que por un tiempo detuvo la obra de ampliación.
Los litigios continúan y si bien la obra se reanudó, el avance del proyecto lleva un año de atraso.
Los expertos ven todo esto como un precedente preocupante para el proyecto del canal en Nicaragua, que es tres veces más largo que el panameño e implica atravesar el inmaculado Lago Nicaragua, y desplazar a miles de personas. HKND todavía tiene que presentar su estudio de impacto ambiental.
“La idea de construir un canal de 270 kilómetros como el de Nicaragua con una inversión de u$s 50.000 millones y en cinco años, me parece que es realmente muy optimista. Eso implicaría una obra mensual de u$s 1.000 millones, lo que a mi criterio como ingeniero, es impensable”, comentó Giuseppe Quarta, CEO de Grupos Unidos por el Canal, el consorcio de construcción que comprende a Sacyr de España, Salini Ipregilo de Italia, Jan de Nul de Bélgica y CUSA de Panamá.