Fuente. Iprofesional
China ha venido multiplicando su consumo de alimentos e insumos básicos por cuatro en los últimos diez años. Y no da abasto con lo que produce. Por eso la mirada en Argentina. Y por eso todo este vendaval de inversiones que estamos viendo”.
La frase pertenece a Jorge Castro, experto en política internacional. Y se enmarca en el último movimiento de envergadura realizado por el gigante asiático en estas tierras.
Tal como señalara iProfesional, la estatal china COFCO se quedó recientemente con el 51% de Nidera, una multinacional con base en la Argentina que ocupa el cuarto lugar en el podio mundial de la producción de granos.
La compañía factura alrededor de 17.000 millones de dólares anuales a nivel global, en base a un negocio que principalmente depende de la comercialización de semillas transgénicas de soja y nuevas variaciones de girasol.
Con la compra de esa porción de capital, China dio un paso importante en su estrategia comercial al incorporar a su cartera de compañías una productora directa de insumos para la elaboración de aceites y harinas.
Además, desembarcó en el negocio de la modificación genética de cultivos, para muchos la industria del futuro en materia de producción de alimentos.
En la actualidad, la nación oriental le compra al país un décimo de lo que importa de soja, producto vital para el engorde de su ganado.
A partir de ahora, China cuenta a nivel local con una desarrolladora de semillas que -además de disponer de una red de clientes agropecuarios que utilizan estos productos- ostenta en el país una estructura de instalaciones y científicos que le permitirán diseñar nuevos transgénicos.
Todo esto, sin necesidad de efectuar ensayo alguno en suelo chino. COFCO (Grains and Oils Group Corporation) había adquirido en los últimos años empresas de azúcar en Australia, comercializadoras de granos en Japón y viñedos en Francia y Chile.
En diálogo con iProfesional, Castro comentó que “Nidera es la segunda compra de importancia que realiza China en los últimos doce meses“.
“En julio de 2013 adquirió Smithfield Foods, la mayor productora de carne de cerdo del mundo, con sede en Chicago. Lo hizo a través de Shuanghui International por u$s7.100 millones. Shuanghui faena 30 millones de cabezas de ganado porcino, 300 mil vacunos, y produce 600 mil toneladas de carne aviaria”, detalló.
El experto sostuvo que “detrás de la compra de Smithfield y Nidera, subyace una decisión estratégica del gigante asiático de responder a una demanda en constante ascenso. El gobierno de ese país da como un hecho que sus importaciones de soja y de maíz se multiplicarán por 4 o por 6 en los próximos diez años”.
“El gigante apuesta a aumentar la oferta agroalimentaria mundial y a multiplicar inversiones. Además de Estados Unidos y Europa, se apresta a hacerlo en los dos países a los que ha entregado la llave de su seguridad alimentaria: Brasil y Argentina, convertidos en la gran plataforma de producción de proteínas en el siglo XXI”, agregó.
China apuesta por el sector agrícola
A poco más de una semana de la adquisición del 51% de Nidera, COFCO está muy cerca de quedarse con el brazo de agronegocios de otra grande: Noble Group. Según trascendió, el monto involucrado rondaría los u$s1.000 millones.
El grupo Noble, con base en Hong Kong y listado en la bolsa de valores de Singapur, tiene tres áreas de negocios que incluyen la energía, los metales y el sector agrícola.
En lo que respecta a esta última actividad, la firma se dedica al procesamiento y comercialización de granos y derivados y tiene operaciones en Sudamérica, Europa y Asia.
En la Argentina, tiene plantas de acopio, una de procesamiento y un puerto propio en Timbúes, zona de influencia del Gran Rosario, centro nacional de los negocios agrícolas.
Por sus ventas de granos, harina y aceites, el año pasado Noble se posicionó como sexto exportador desde la Argentina, con una participación del 5,4% del total de ese comercio, justo arriba de Nidera, que con el 4,9% del total.
La mira, en ganado y petróleo
Pero no sólo la disponibilidad de semillas desarrolladas en el país despierta la atención de la potencia asiática.
En este sentido, cabe destacar que a mediados de enero el ministro de Producción bonaerense, Cristian Breitenstein, y autoridades de la china Wuxi Fobia Technology cerraron un acuerdo para instalar una planta de desarrollo de chips para ganado.
Se tratará de las primeras instalaciones en Sudamérica orientadas a identificar por radiofrecuencia el seguimiento animal y la trazabilidad de los productos derivados que luego se exporten, precisamente, al país asiático.
En paralelo, la petrolera Petro AP confirmó que concretará una inversión de 500 millones de dólares durante los próximos cinco años en la zona de Malargüe, Mendoza.
A Petro AP hay que sumarle la decisión de la firma EPI, interesada en motorizar la producción de gas en la misma provincia.
Según precisaron a iProfesional desde la gobernación cuyana, la compañía está ampliando su cartera a través de fusiones y adquisiciones estratégicas de hidrocarburos alrededor del mundo.
Por estos días, EPI ya tiene en instancias de perforación unos 10 pozos en el área Herrados Chañares.
En sintonía con estos movimientos, el Grupo Bridas -también integrado por capital chino– viene de anunciar otra inversión de hasta 500 millones de dólares para explotar gas no convencional en Vaca Muerta, Neuquén.
Además de Bridas, en esa zona ya se encuentra trabajando también la compañía china Sinopec, en sociedad con YPF.
La firma comenzó a operar en áreas de la petrolera estatal en Loma La Lata, con tres equipos de perforación de fabricación china que la empresa tenía inactivos en Santa Cruz.
Sinopec arribó al país en 2010 con la compra de los activos de Oxy Argentina. Actualmente, opera yacimientos en Santa Cruz, Chubut y Mendoza.
Interés por la energía eólica
A la par de los desembolsos pautados para petróleo y el gas, directivos de XENC NE Corporation confirmaron una inversión de 200 millones de dólares para la puesta en marcha del parque eólico más grande la provincia de Buenos Aires, que funcionará en el partido de Tres Arroyos.
El proyecto permitirá generar 100 megavatios de energía. La inversión prevista en dos etapas conlleva la instalación de dos centrales, Pampa I y La Cascada, equipadas con 50 molinos de viento en la localidad bonaerense de Reta y 25 molinos en Copetones (partido de Tres Arroyos). Se trata de una cifra única, ya que en el resto de los parques eólicos del país se alcanza a generar 30 megas.
“Los chinos entienden que la producción de energía -dadas las complicaciones que tiene la Argentina en ese tema- puede originarles nuevos negocios y muy buenas ganancias“, expresó a iProfesional, en estricto off the record, un funcionario que participa de las negociaciones.
Y agregó: “Además, la provincia de Buenos Aires puede servirles como un territorio de prueba para tecnologías que, en algún momento, tienen pensadas para China”.
La mira en Córdoba
De cara a los próximos meses, y según pudo saber iProfesional, está previsto el arribo a la provincia de Córdoba de una misión de compañías chinas interesadas en invertir en hidrocarburos y biocombustibles, entre otros potenciales nichos de negocio.
De acuerdo con fuentes cercanas a la gobernación, habría un marcado interés de los asiáticos por efectuar desembolsos en productos para la industria petrolera y metalúrgica.
Además, evaluarán oportunidades de inversión en maní, queso y aceite.
Dentro de ese marco, el ministro de Industria de la provincia, Jorge Lawson, ya mantuvo reuniones con firmas interesadas en producir partes para las petroleras del gigante oriental.
Por último, presentó desarrollos locales en bioetanol y las planta de BIO4. Asimismo, la Asociación de Cooperativas Argentinas y Promaíz anticiparon que empresarios están interesados en tejer alianzas con empresas de capitales chinos.
Estación espacial, avanzada
Finalmente, avanza a paso firme la construcción de la estación espacial que China está impulsando en Bajada del Agrio y Las Lajas, provincia de Neuquén.
En ese sentido Jorge Sapag, gobernador de ese distrito, notificó que se están llevando a cabo reuniones con “los técnicos (chinos) que llevan adelante el emprendimiento del centro de seguimiento de vuelos satelitales al espacio remoto. Implica una inversión de 300 millones de pesos”.
El funcionario explicó que “ellos necesitaban un lugar en Mendoza, en Río Negro o Neuquén para hacer el seguimiento de los satélites“, y señaló que “ya han enviado una sonda no tripulada y que a futuro lo harán con satélites tripulados. Es un honor tener esta inversión en la provincia de Neuquén”.
Desde que fuera anunciada en 2012, nunca faltaron las voces que sembraban dudas respecto del carácter “civil” de la estación mencionada.
Así, medios locales denunciaron más de una vez que las instalaciones, una vez terminadas, operarán en realidad como “una base de rastreo de misiles nucleares y escaneado de comunicaciones“.