Fuente: Clarin
El mercado de soja muestra señales de fortaleza con los futuros alcanzando nuevos máximos, impulsados en parte por expectativas de compras de China tras su regreso de las festividades. Sin embargo, los operadores advierten que la demanda china sigue siendo débil, lo que genera dudas sobre el impacto real en los precios.
El escenario macroeconómico también agrega volatilidad. China impuso aranceles del 10-15% a ciertos productos energéticos y maquinaria de EE.UU. como represalia a las medidas de Trump, en un movimiento considerado moderado. Además, los rumores de una compra “simbólica” de China de 3 millones de toneladas de soja y 2 millones de maíz generan especulación sobre una posible reactivación del acuerdo comercial de 2020.
Finalmente, el mercado espera el informe WASDE del próximo martes (11), donde se anticipa una posible revisión al alza de las exportaciones de soja de EE.UU., dado que las ventas y los envíos superan las proyecciones previas del USDA. Esto podría brindar un nuevo impulso a los precios en un mercado que sigue atento a señales de demanda y condiciones climáticas en Sudamérica.
En Brasil, los precios no reaccionaron debido a la caída del dólar (por debajo de 5,75 BRL) y la presión en los premios de exportación. A pesar de la volatilidad reciente, los precios de la soja en Brasil se mantienen en niveles similares a los de mediados de 2023, complicando la rentabilidad para los productores, ya que en algunos casos se alinean con los costos de producción o incluso quedan por debajo. Las negociaciones de soja en Brasil están lentas, con ventas puntuales en momentos de mejora del mercado. Se espera que el informe del USDA la próxima semana pueda generar mayor actividad comercial.
A corto plazo, el alivio de los aranceles estabiliza el mercado, pero la volatilidad sigue latente. Cualquier cambio en las negociaciones o nuevas tensiones comerciales podrían alterar la tendencia. Además, la fortaleza reciente del real brasileño podría afectar la competitividad de las exportaciones agrícolas de Sudamérica, ofreciendo una ventaja relativa a los productos de EE.UU.
La compra de cuatro cargamentos de soja argentina por parte de Sinograin destaca como la noticia clave de la semana pasada, aunque la falta de actividad adicional por parte de China tras su regreso del feriado mantiene la incertidumbre sobre la continuidad de la demanda.
Por el lado bajista en precios en Chicago, las lluvias en Argentina podrían estabilizar la producción entre 46 y 48 Mt, lo que reduce el riesgo de recortes significativos en la oferta.
Continúan las expectativas respecto de los nuevos recortes que puedan sufrir las cosechas tanto de Brasil como de Argentina, principalmente según adelanta el USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos) en su nuevo boletín mensual de oferta y demanda que se divulgará la próxima semana. Al mismo tiempo, la atención se centra en Donald Trump y sus aranceles.
El mercado de la soja se encuentra en una encrucijada. Mientras que la posible reactivación de las compras chinas podría dar soporte a los precios, la fuerte producción de Brasil y la incertidumbre comercial siguen siendo riesgos latentes. A corto plazo, el comportamiento de las exportaciones de EE.UU. y el desarrollo del clima en Sudamérica serán claves para definir la tendencia del mercado.
Análisis de los compromisos de exportación de soja de Brasil
De acuerdo con información de mercado analizamos los compromisos de exportación de soja de Brasil en diferentes fechas clave. A partir de enero de 2024, se observa un incremento progresivo en los volúmenes comprometidos para exportación: 12,5 millones de toneladas el 29 de enero y 13,2 millones el 31 de enero. Posteriormente, el crecimiento se acelera de manera significativa, alcanzando 23 millones de toneladas al 29 de febrero y llegando a 35 millones de toneladas para el 31 de marzo de 2024.
Sin embargo, al comparar estos datos con los compromisos para el 30 de enero de 2025, se aprecia una marcada disminución, con solo 12,1 millones de toneladas comprometidas. Esta reducción podría reflejar factores como una menor demanda internacional, retrasos en la comercialización o incertidumbre en los mercados globales. La diferencia con el mismo periodo del año anterior (12,5 millones en enero de 2024) es leve, pero el contraste con los picos de febrero y marzo de 2024 es considerable, lo que sugiere que los ritmos de venta y cierre de contratos podrían estar más lentos en la nueva campaña.
Calidad de la soja de Paraguay y avance de cosecha
La cosecha de soja en Paraguay avanza rápidamente, con un 65/68% del área total recolectada sobre 3,1 millones de hectáreas, superando el 50% de 2023 y el promedio de cinco años (30%). Sin embargo, la campaña 2023/24 enfrenta desafíos climáticos significativos. Las lluvias recientes llegaron tarde para el centro-norte, afectando la calidad de la soja temprana, ya que el estrés hídrico y las altas temperaturas desde diciembre definieron gran parte de los rendimientos. Estamos viendo problemas de calidad en la soja paraguaya que está llegando a UPR. Pese a esto, las siembras tardías muestran mejores perspectivas gracias a la mejora en la humedad del suelo.
Retraso en la cosecha de soja en Mato Grosso afecta la siembra de maíz safrinha
La cosecha de soja en Mato Grosso para la campaña 2024/25 registra un avance del 28,58% hasta el 31 de enero, con un importante avance durante esta semana pero igual muy por debajo del 51,5% de la campaña anterior y del promedio de cinco años (39,5%). Este retraso se debe a lluvias irregulares y altas temperaturas que han afectado la maduración de los cultivos y la calidad de los granos. La demora también impacta la siembra del maíz safrinha, reduciendo la ventana óptima de desarrollo y aumentando el riesgo climático. En el mercado, se prevén presiones logísticas y posibles incrementos en los precios locales de la soja si persisten las condiciones climáticas adversas.
Retrasos en envíos desde Brasil podrían impactar fuerte en el procesamiento de soja en China
Los retrasos en los envíos de soja desde Brasil podrían generar un impacto significativo en la cadena de suministro global, especialmente en China. Se estima que los envíos totales caerán de 10-11 millones de toneladas en enero-febrero a solo 8-9 millones en los meses siguientes. Esta disminución afectará directamente el procesamiento en China, con una posible reducción de 2-3 millones de toneladas entre abril y mayo, lo que podría generar un desbalance en la oferta de harina de soja en el mercado asiático.
Ante este escenario, se espera que China aumente su cobertura para agosto y septiembre, con volúmenes de compras que podrían descender de los 13 millones previstos a 10-11 millones de
toneladas, dependiendo de los márgenes de procesamiento. Además, si la demanda en las subastas internas es alta, la reducción de las importaciones podría ser aún mayor. En Brasil, la necesidad de exportar entre 15 y 17 millones de toneladas para esta ventana (70% destinado a China) podría presionar los precios, retrasando el inicio de un rally en la base si la demanda china no acompaña.
China enfrenta un vacío de soja en el segundo semestre y el mercado global toma nota
Los procesadores chinos han garantizado su abastecimiento de soja para los primeros meses del año, con una cobertura casi total en enero y febrero. Sin embargo, a partir de marzo, la cobertura comienza a disminuir progresivamente, alcanzando apenas el 25% en junio y cayendo al 20% en agosto. Este escenario revela una creciente dependencia de compras futuras y podría generar volatilidad en el mercado global si surgen cambios en las condiciones comerciales o climáticas.
Actualmente, China mantiene un volumen de compra pendiente de 37,3 millones de toneladas, una cifra que podría generar tensiones en la oferta si la demanda se mantiene firme o si ocurren interrupciones en la logística de exportación. Esto abre una ventana de oportunidad para los principales exportadores como Brasil, EE.UU. y Argentina, pero también introduce riesgos si factores externos alteran el flujo de suministros.
Por otro lado, la incertidumbre en torno a los aranceles recíprocos que el expresidente Trump podría anunciar esta semana añade volatilidad al mercado. China e India, principales socios comerciales de EE.UU., podrían verse directamente afectadas, lo que impactaría la dinámica del comercio agrícola global. A esto se suma la posible reactivación de negociaciones de paz entre Rusia y Ucrania, un factor geopolítico que podría influir en el comercio de trigo y otros cereales si se logran avances concretos.
La atención del mercado está puesta en la estrategia de adquisiciones de China en los próximos meses. Un ajuste en sus compras podría impactar los precios internacionales, generando fluctuaciones en los valores de referencia. A medida que avance el año, la incertidumbre sobre la oferta y la demanda será un factor determinante en la evolución del mercado de la soja a nivel global.