Fuente: El Economista
La guerra comercial entre China y Estados Unidos se puede convertir en una oportunidad para México, aunque requerirá de una estrategia de incentivos y condiciones de atracción de inversiones para que pueda llevarse a cabo la relocalización de empresas del oriente a Norteamérica, consideró José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
“El conflicto no sólo es comercial sino económico, tecnológico y geopolítico entre Estados Unidos y China, que al final sí implica la oportunidad de que empresas que están en el país oriental puedan relocalizarse en América del Norte, donde obviamente (Donald) Trump busca que sea en su país, pero México puede ser una muy buena opción porque ya tiene las cadena productivas en áreas como tecnología o maquinaria y equipo electrónico”.
El especialista en materia económica afirmó que “México es el lugar propicio para que los corporativos estadounidenses puedan instalarse, porque gracias al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) se busca elevar el contenido regional de lo que se hace en América del Norte y acabar sustituyendo importaciones de China”.
En entrevista, el también director de la Comisión Industrial de Concamin, expresó que México debería ser una opción para eso, el punto es qué va hacer nuestro país para que eso ocurra, porque inercialmente pueden venir unas empresas por las presiones, pero si se implementaran algunas acciones de forma estratégica podría atraer capitales y empresas.
El paquete que debe impulsar el gobierno son costos energéticos muy competitivos, tener infraestructura más moderna en transporte y logística y que la parte fiscal favorezca, así como tener medidas de promoción de inversión o la depreciación acelerada de activos y se deduzca más rápido, la deducción de prestaciones a los trabajadores a 100%, sin medidas que se podrían implementar de manera rápida y sobre eso montar medidas de financiamiento para el regreso de empresas a México.
De la Cruz instó a las autoridades federales a acelerar el paso, pues la relocalización de empresas durará poco, y la competencia férrea entre EU, Centroamérica y México por captarlas.
Alerta que otra estrategia es que las empresas podrían optar por asentarse en Vietnam.
Automotrices de EU advirten impacto
El líder de una coalición de fabricantes de coches de Japón, Alemania y Corea del Sur advirtió que las represalias arancelarias de Pekín contra los coches de Estados Unidos afectarían a sus exportaciones de vehículos a China y pondrían en riesgo empleos en la mayor economía del mundo. “Los gravámenes recíprocos, sin negociaciones significativas, están dañando a la industria automovilística estadounidense”, dijo en un comunicado John Bozzella, jefe del grupo Here for America, que incluye a Volkswagen, Daimler y BMW.
“Cuando estos aranceles fueron impuestos inicialmente por China en 2017, las exportaciones estadounidenses de vehículos cayeron 50 por ciento. No podemos permitir que eso ocurra de nuevo”, agregó Bozzella, quien también lidera la asociación GlobalAutomakers.
Ese grupo representa a Toyota, Hyundai, Nissan y otras marcas extranjeras que producen vehículos en Estados Unidos. China importó 190,118 vehículos hechos en Estados Unidos en 2018, una caída de 35% respecto al año previo según datos de Sinomach Auto, el mayor importador de coches del país, citando las tensiones comerciales y ajustes arancelarios. Ford, un exportador neto de coches a China, dijo el viernes en un comunicado que alentó a Washington y Pekín “a encontrar una solución lo antes posible sobre los temas pendientes a través de negociaciones continuas. Es esencial para esas dos importantes economías trabajar juntas”.