Federico Trucco ve oportunidades en China para la biotecnología. Luego de participar junto a su socia china DBN del evento “Introducing an Ennvironmenal Resilient Agriculture”, en el que presentaron la variedad de soja HB4, resistente a la sequía; el CEO de Bioceres habló con BCR News sobre el potencial del mercado asiático, el avance de las negociaciones por el trigo transgénico y la coyuntura internacional.
¿Cuál es el grado de avance de esta variedad de soja en el mercado chino, y su estado regulatorio?
Hace 8 años que estamos colaborando con DBN para lograr aprobaciones reciprocas de eventos argentinos y chinos en el marco de la colaboración que tenemos con ellos. A partir de diciembre 2018 la soja HB4 entró en una segunda etapa de evaluaciones en China, que tiene que ver con ensayos independientes, y estamos esperando que esos ensayos se siembren en el verano chino para cumplimentar los requisitos finales para la aprobación para importación.
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¿Qué potencial tiene el mercado chino para este tipo de avances?
Es un mercado importante, primero, para habilitar el negocio en Latinoamérica, porque necesitamos la aprobación de China porque gran parte del comercio internacional del poroto va para ese lado. Es un tema necesario para poder vender en nuestra casa.
Hay en China una apertura muy agresiva para las nuevas tecnologías, hace poco los chinos decidieron que iban a abastecerse. Están apuntando a 18 millones de toneladas en los próximos años y es difícil que lo logren sin incorporar biotecnología moderna.
Si bien hoy no se comercializa semilla transgénica en China, pensamos que en el corto plazo eso puede ser una posibilidad.
¿Han hecho alguna estimación en números del impacto de estos avances genéticos en los cultivos?
La sequía del ciclo anterior nos permitió hacer algunas estimaciones un poco más precisas. Por ejemplo, hubiéramos logrado evitar pérdidas de 4,5 millones de toneladas sobre un total de 15 millones de toneladas menos en la producción de soja, depende el valor que le asignes a la tonelada te da un número importante.
En promedio, pensamos que de las 50 millones de hectáreas de soja que se siembran en Latinoamérica, hay al menos 21 millones de hectáreas donde la tecnología puede generar mas de 60 dólares por hectárea y eso da un numero relevante.
Se han trazado una hoja de ruta con los actores de la cadena triguera por el trigo HB4, ¿cómo avanzan?
Después de la intervención del Presidente de la Nación tuvimos la posibilidad de interactuar con algunos miembros de la cadena de valor, principalmente con la industria exportadora y la molinería. En ese sentido, trabajamos en un mapa de ruta que tiene que ver con entender que mercados son relevantes para la industria Argentina, para la exportación de grano y harina, entender que tipo de mensaje podemos llevar al mundo.
Brasil es un mercado muy relevante para las exportaciones argentinas y después de casi 2 años de interacción con las autoridades regulatorias de Brasil, en abril logramos la aprobación para el consumo animal y humano. Estamos avanzando en otros países de Latinoamérica, esperamos la aprobación de Uruguay, Paraguay, Bolivia, Colombia y Chile.
Lo importante es trabajar con decisión y sacar al trigo de la orfandad tecnológica.
¿Cómo están observando el mercado internacional? ¿Es una época hostil para el financiamiento?
Desde el 14 de marzo logramos listar una parte importante de la compañía, todo lo que tiene que ver con el negocio de agroinsumos, y hoy existe la posibilidad de acceder a financiamiento internacional que tiene como referencia lo que pasa en el mercado de bonos soberanos.
Eso nos exige una tasa más onerosa que la del pasado, pero existe financiamiento y apetito por deuda de compañías que presentan potencial de crecimiento y rendimiento, aunque es selectivo, no estamos ante el mismo mercado que a inicios de 2017.