Fuente: La Nacion
Fue, quizá, la mayor apuesta de Mauricio Macri por mostrar una nueva Argentina, impulsar inversiones y generar atractivo del empresariado extranjero. Y, al parecer, mal no le fue: durante las reuniones que el Presidente mantuvo ayer en esta ciudad habló de “dejar atrás la Argentina del aislamiento” y, a cambio de ello, recibió el compromiso de varias empresas chinas dispuestas en desembolsar yuanes y proyectos concretos en el país.
Tanto en la reunión del Bussines 20 (B-20) como en la ronda de diálogo a puertas cerradas, que mantuvo con los CEO de poderosas empresas chinas, quedó en claro la vocación de Macri por plantearse como objetivo la captación de inversores en lo inmediato.
En el B-20 habló unos 10 minutos. Lo hizo rodeado por los presidentes de Sudáfrica y Canadá y ante una centenar de empresarios reunidos en esta ciudad por la cumbre del G-20. Allí, Macri instó a confiar en la Argentina y llamó a los hombres de negocios a invertir en un país que “no volverá a estar aislado del mundo”. El Presidente invitó a los empresarios a animarse a invertir en el país “porque -explicó- dejamos atrás una década de aislamiento del mundo para apostar a ciclos virtuosos de inversiones”, destacó.
Las palabras del Presidente resonaron en el salón del Hotel InterContinental y fueron una directa alusión al gobierno de Cristina Kirchner, que mantuvo duros enfrentamientos con la Unión Europea y con Estados Unidos.
En esta ciudad semivacía y copada por empresarios y por las comitivas de presidentes, Macri salió a promocionar el país con una enumeración de temas que realizó su gobierno. “En pocos meses hemos logrado ordenar nuestra economía, levantar el cepo, resolver los problemas de deuda, eliminar trabas a la exportación y hemos lanzado el plan de infraestructura más importante de la historia, que incluye caminos, puertos y energía”, dijo Macri. A su lado lo escuchaban el premier canadiense Justin Trudeau y el presidente sudafricano Jacob Zuma. También lo miraban atentos más de un centenar de empresarios del B-20.
Devolución de gentilezas
En este contexto, Macri invitó a los CEO de grandes compañías a visitar la Argentina entre el próximo 12 y 15 de septiembre, cuando Buenos Aires será sede del Foro Empresarial Mundial de Inversiones y Negocios, organizado por el Gobierno. Esta es la gran apuesta de Macri para atraer inversiones y allí podrá medir la temperatura de cuánto puede confiar el establishment extranjero en la Argentina.
No fue la única invitación que extendió Macri en el único ámbito en el que salió a promocionar el país. Por la mañana, el jefe del Estado se reunió con Jack Ma, el fundador de Alibaba, el gigante del comercio por internet del país asiático, quien le confirmó su interés por instalarse pronto en la Argentina para desarrollar un portal de venta que incluya productos argentinos entre sus ofertas. “Queremos que los chinos compren más productos argentinos”, lo entusiasmó Jack Ma a Macri.
Antes de ese encuentro, Macri estuvo reunido en el Hotel Wyndham Royal, donde se hospeda, con cuatro CEO de grandes corporaciones chinas. Los escucharon Ian Zhimin, que es el presidente de la Corporación Nuclear Nacional China (CNNC) y es miembro del Comité Central del Partido Comunista de China. Es la empresa pública más grande de la industria nuclear china. De hecho, a partir de 2017, esta empresa será la encargada de levantar una central nuclear en el país. También estaba en el encuentro, Song Dongsheng, presidente de Power China, que es el principal constructor mundial de represas hidroeléctricas, conservación del agua e innovación tecnológica y energía renovable.
La reunión incluyó a Liang Wengen, de la gigante Sany, que se dedica a la producción de maquinaria para la construcción -hormigón, excavación, carbón, perforación, maquinaria portuaria y grúas sobre oruga- y se sumó también Ren Jianguo, CEO de Gezhouba, quien se mostró dispuesto a seguir en el plan de inversiones que ya hizo en la Argentina. Esta empresa china es la encargada de la construcción de las represas de Santa Cruz que empezarán a levantarse el mes que viene.
Según coincidieron ante LA NACION varios de los funcionarios que estuvieron en la reunión con los empresarios chinos se mostraron dispuestos en invertir en la Argentina en lo inmediato.
Plantearon la idea de construir viviendas en las provincias beneficiadas por el Plan Belgrano y de participar en el equipamiento para la generación de energías eólica y solar. Por lo pronto, Sany ya tiene intenciones de desembarcar en la Argentina antes de fin de año.
Durante todo el road show con empresarios, Macri estuvo acompañado por la canciller Susana Malcorra, el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay; el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo; el vocero Iván Pavlovsky; el embajador Diego Guelar, el viceministro de Hacienda Pedro Lacoste y el vicecanciller Carlos Foradori.
Fuera de protocolo
Cómo se mueve la delegación en un escenario atípico
Juliana Awada obligó a trabajar a los agentes de seguridad
HANGZHOU (De un enviado especial).- Juliana Awada se convirtió ayer en una suerte de estrella de Hollywood en esta populosa ciudad china y llamó la atención de cientos de curiosos que querían sacarse fotos con ella. La singular atracción generó humor entre la comitiva oficial y formó parte del anecdotario extraprotocolar. La esposa de Macri visitó un templo budista y una calle peatonal de artesanías, acompañada por la esposa del embajador Diego Guelar, Viviana Fontanini, y una fuerte custodia de la policía y el servicio secreto de China. Rígidos en el protocolo, éstos trataron de impedir que la gente se acercara.
Voto cantado para Malcorra en su carrera a la ONU
Susana Malcorra fue beneficiada ayer con un elogio imprevisto del presidente Xi Jinping. La canciller, que estaba en la reunión del jefe de Estado chino con Mauricio Macri, fue mencionada en dos oportunidades. Así, Xi felicitó a Macri por la canciller que tiene y destacó su labor en su paso por Naciones Unidas. Pero no sólo ello. Y adelantó que China avalará en el Consejo de Seguridad de la ONU el voto por Malcorra. El hecho llamó la atención porque en general ese voto es secreto.
Traducción a la ligera para poder entender
La mayoría de los chinos de Hangzhou desconocen por completo el inglés. En muchos hoteles y en las calles es muy difícil entablar un diálogo porque no pueden pronunciar siquiera una palabra en ingles. Pero la mayoría se la rebusca: andan por todos lados con un programa de traducción de voces del inglés al chino, del portal Baidu, que a la hora de apuros a muchos funcionarios de la comitiva les sirvió para manejarse en taxi o hacer compras.