Fuente: La Nacion
Definitivamente a Diego Guelar no le gusta que lo cataloguen de ser “pro-chino”. Más bien, lo que busca el designado embajador argentino en Pekín es “separar la realidad de la fantasía”, como dijo. Así, negó tajantemente que el país vaya a ser “chinodependiente” o se espere una invasión de trabajadores orientales. Como contrapartida, Guelar expresó que “con China hay que negociar con la mayor dureza en aquellas cosas que afecten los intereses de nuestro país, y en aquellas cosas de interés argentino hay que avanzar”.
En esta línea argumentativa, Guelar dijo a LA NACION que el gobierno de Mauricio Macri está dispuesto a revisar cada uno de los acuerdos secretos que firmó Cristina Kirchner con China. No sólo eso: en el caso de la polémica estación espacial en Neuquén le pedirán a China agregar un artículo al acuerdo, que especifique que no habrá un uso militar de esa estación.
-¿Qué objetivos le trazó Macri para la embajada en China?
Debemos profundizar los logros de esta década en cuanto a la explosión de China en el mundo. La salvedad es que las negociaciones de los últimos años con la Argentina carecieron de transparencia y hay que corregirlo. Eso no significa que dejemos sin efecto los acuerdos. Uno de los acuerdos secretos es el de la estación espacial en Neuquén que no puede ser secreto. Ya le manifestamos al gobierno chino esto y creemos que se va a subsanar. El otro es el acuerdo que se legitimó cinco días antes de las elecciones de noviembre, que es un contrato nuclear de unos 15.000 millones de dólares del que no tenemos información.
-¿Cree que revisar esto podría generar inseguridad jurídica?
No estamos generando inseguridad jurídica por ver algo de lo que no conocemos. La relación con China es de asociación estratégica; es muy importante y eso no lo negamos ni lo cuestionamos. Sólo debemos conocer lo que no conocemos. Esto no es objetar a China.
-¿Y qué dice China al respecto?
Están abiertos a cualquier tema informativo. Vamos a analizar toda la información. Esto no afecta la seguridad jurídica.
-Usted habló de que se vio a China como una tabla de salvataje para la Argentina…
Ya cambió todo eso. Lo que antes se hacía como swaps por falta de divisas cambió porque el yuan pasó a ser una moneda reconocida oficialmente en el mundo como reserva de valor en paridad con el euro, la libra esterlina y el dólar. Esto significa que lo que era una situación de excepción de salvataje va a ser legítimo tener créditos en yuanes.
-Pero en la práctica hay una necesidad de fondos líquidos chinos para la Argentina.
Esto lo está revisando el Banco Central de la Argentina. Hay que evaluar la liquidez del país.
-¿Cree que con China se puede negociar de igual a igual, como plantea la canciller Malcorra?
Toda Nación como principio de independencia y soberanía negocia de igual a igual. Esto implica no tener direccionalidad única. Por eso planteamos la normalidad de las relaciones globales de la Argentina. Con Brasil, Europa, Estados Unidos y China debemos tener las mejores posibilidades para optar por diferentes conveniencias.
-¿Cómo se logra no ser chinodependiente por la soja?
Eso implica avanzar en acuerdos para que se tienda a equilibrar la balanza comercial deficitaria que hoy para la Argentina es por 6000 millones de dólares. Esto habrá que corregirlo. No lo haremos en un día. Para ello tenemos una cantidad de nichos extraordinarios a fin de dar con productos de alto valor agregado. Por ejemplo, el complejo carnes; hay posibilidad de comerciar carnes congeladas.
-¿Cree que la relación con China estuvo muy ideologizada?
Uno la puede llamar ideologizada pero no se entiende en qué. Es que el comportamiento de China es muy similar al de Estados Unidos. Acá no hay un bloque comunista y otro capitalista. Eso era en la Guerra Fría. Hoy hay consensos que van a desde La Paz a Pekín, Nueva York y Quito. La Argentina se alejó de esos consensos.
-¿Aceptarán que la estación espacial de China en Neuquén sea manejada por militares chinos?
No hay un párrafo de lo que conocemos en el que haya una negociación por una base militar. Hay un dato cierto que es que la organización del desarrollo espacial de China está a cargo del ejército chino. Y éste es un acuerdo por 50 años y no sabemos cómo van a evolucionar los conflictos a futuro. La mejor manera de subsanarlo es poner un agregado al convenio que especifique que esta base no tendrá una uso directo o indirecto militar. Habrá que corregir esto.
-Otro acuerdo polémico que fue el de obras de infraestructura con mano de obra china…
Ahí también hay que separar polvo de paja. Miremos las empresas chinas en el país. En los bancos, empresas petroleras y mineras que operan en la Argentina, el componente de mano de obra chino es mínimo. Es insignificante.
-La UIA cuestionó el tema…
Yo hablé con la UIA y les dije que miren la realidad: cuántas visas anuales damos para trabajadores chinos. Son muy limitadas. Hay un 99% de turistas y empresarios chinos en esos visados. Hay que separar la realidad de la fantasía. Hay una invasión que no existe. Le doy casos: la empresa Sinopec tiene 4000 empleados y sólo 20 son chinos, el ICBC tiene sólo 15 empleados chinos. Yo me preguntaría dónde está la invasión. No existe.
-¿Avalarán el acuerdo de energía nuclear que firmó Cristina Kirchner con China?
-Estamos sin información. No sabemos qué es lo que se firmó.
-¿Le molesta que lo acusen de ser muy prochino?
Estuve como embajador en Estados Unidos, la Unión Europea y Brasil. Y no me pueden juzgar de proeuropeo, pro-Brasil o pronor-teamericano. Lo que busco es que no se construyan mitologías. Creo que con China hay que negociar con la mayor dureza en aquellas cosas que afecten los intereses de nuestro país, y en aquellas cosas de interés argentino, avanzar. Eso es ser proargentino, no proextranjero.