Fuente: Parlamentario.com
Con 133 votos a favor y 108 en contra, la Cámara de Diputados ratificó este miércoles dos convenios con la República Popular de China, tras un intenso debate de ocho horas en la primera sesión del año.
Los proyectos provenientes del Senado sólo contaron con apoyo del Frente para la Victoria y sus bloques aliados, mientras que la oposición criticó con dureza los términos de los acuerdos y levantó diferentes sospechas.
Se trata de un convenio marco de cooperación en materia económica y de inversiones con el país asiático y otro para la instalación de una estación espacial en la provincia de Neuquén, que ya está en construcción.
Como miembro informante del Frente para la Victoria, Guillermo Carmona se puso al hombro la defensa de los acuerdos y acusó a la oposición de utilizar el tema para “meter miedo por razones electorales”.
El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores aseguró que los convenios “mejoran el acceso de divisas para mejorar en el corto plazo el desbalance comercial con China” y permiten “modernizar la industria argentina, incrementar su competencia y competitividad”.
Carmona mantuvo un cruce con su par radical Ricardo Alfonsín, quien aseguró que el acuerdo de cooperación económica con China “perjudica y descuida el interés nacional”.
“No aprovechamos las oportunidades que nos brinda China. No hay ninguna disposición que permita decir que Argentina va a poder industrializarse”, dijo Alfonsín, y agregó que “se produce un proceso de extranjerización de la economía argentina: se posterga la industria argentina en manos del capital chino”.
En este sentido, el radical indicó que los funcionarios argentinos “fueron a negociar con la soga al cuello, en un momento de debilidad por el frente externo” y añadió que “en las mismas condiciones que negociaron con Repsol y con el Club de París”.
Sus objeciones despertaron la réplica de Carmona. “El discurso industrialista se lo creo a Alfonsín pero no a la mayoría de los dirigentes de su partido (…) Queremos recordarle que Argentina comenzó su proceso de desindustrialización a partir de la década del 70, con la dictadura militar, y que lamentablemente continuó con el gobierno de Alfonsín”, disparó.
Fue entonces cuando embistió contra toda la oposición. “No nos merecemos que nos metan miedo por razones electorales”, sentenció Carmona.
Julio Cobos, en tanto, advirtió que “adjudicar directamente una obra implica poca transparencia” y aseveró que se utilizará “tecnología que nos impondrán desde China y no podemos generar en este país”.
En la misma línea se dirigió el discurso de José Ignacio De Mendiguren (Frente Renovador), quien sentenció que “estamos entregando el futuro del desarrollo argentino”.
“Me cuesta creer que este es el futuro de desarrollo que Argentina piensa”, admitió el diputado, e insistió: “Creemos que este acuerdo no modifica en nada la estructura productiva argentina y la relación con China”.
La oposición también cuestionó el convenio que autoriza la instalación de una estación espacial china sobre un predio de 200 hectáreas para operar en la provincia de Neuquén durante 50 años, un plazo que el arco anti K consideró “excesivo”.
Se trata de un convenio tripartito entre la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), la República Popular de China y Neuquén para la construcción de una plataforma que comenzó a construirse antes de obtener el aval parlamentario.
En su crítica principal, los bloques antikirchneristas levantaron sospechas sobre la posibilidad de un uso militar de esta estación por parte de China.
“Queremos que se reabra la negociación internacional para que no haya utilización militar”, sostuvo el jefe del bloque Unión Pro, Federico Pinedo, quien también pidió aclarar “que el Congreso tiene que intervenir antes de que se firme” el convenio.
En el mismo sentido, Patricia Bullrich señaló que “China es una país en transición de un régimen autoritario” y que eso genera incertidumbre sobre la misión de la base espacial en Neuquén. “Los organismos espaciales de China son dirigidos por los militares”, aseguró.
Alberto Asseff (Frente Renovador) advirtió también que “el convenio no dice que esté vedada la utilización de la información de Inteligencia para desviarlo a fines militares”.
Su par massista Laura Esper sumó otro argumento en contra del acuerdo y cuestionó que se exima de impuestos a la construcción china. “Tenemos una deuda interna con los sectores más vulnerables del país y podríamos ayudar a estos sectores desgravando impuestos”, analizó.
Por su lado, Claudio Lozano, de Unidad Popular, se quejó de “la falta de respeto al Parlamento argentino, al pueblo y al conjunto de los legisladores, porque estamos discutiendo algo que ya se está construyendo”.
El jefe del bloque socialista, Juan Carlos Zabalza, dijo a su turno que los convenios “profundizan la asimetría” entre Argentina y China. “Estamos en la reedición del vínculo neocolonial, con Argentina como exportadora de materias primas frente a una potencia industrial que nos vende mucho más en productos con valor agregado”, argumentó.
Por el contrario, el aliado oficialista Carlos Heller (Nuevo Encuentro) destacó que se trata de “un acuerdo estratégico que trasciende lo comercial y tiene que ver con el marco del proceso de integración regional”,
El presidente de la Comisión de Finanzas enfatizó que el convenio significa “una puerta importante para el desarrollo, el crecimiento, la generación de empleo y la mejora de la calidad de vida de los argentinos”.
Al cierre del debate, Margarita Stolbizer (GEN) sostuvo que “por debajo” de los acuerdos con China “hay nuevos negociados para el capitalismo de amigos” y consideró que “esto no resuelve nuestras necesidades” como país.
El jefe del bloque de diputados radicales, Mario Negri, también opinó que los convenios con China serán desventajosos para el país al sostener que “el Gobierno está en un contexto de debilidad”.
“Los chinos vienen con capital, empresas y mano de obra china, y eso produce un obvio desequilibrio”, analizó Negri al cierre del debate en la Cámara baja.
Por último, el presidente de la Comisión de Presupuesto, Roberto Feletti (FpV) expresó que “es demasiado el colonialismo mental” de la oposición y se quejó entonces porque “los que reclamaban ausencia de relaciones internacionales y cuestionaban el proteccionismo, ahora viene la segunda economía del mundo y dicen ‘ahora no nos gusta’”.
El legislador kirchnerista alertó sobre “diputados que van muy seguido a la embajada estadounidense” y les advirtió que “es un amor no correspondido, porque no somos complementarios, somos competidores y lo que Estados Unidos va a buscar siempre es que nos vaya lo peor posible”.