Fuente: Informeindustrial
Con demora, y sin levantar por ahora el tono, las entidades empresarias del sector fabril comenzaron a expresar sus dudas respecto de las bondades del convenio-marco de cooperación económica y de inversiones firmado en junio pasado con el gobierno de China. La reciente y apurada aprobación del convenio por parte del Senado Nacional, que contempla además dos acuerdos sobre inversiones industriales e infraestructura -instalaciones portuarias, electrificación de líneas ferroviarias, renovación del Ferrocarril Belgrano Cargas, entre otras-, puso en la mira de los industriales las ventajas que se otorgarán a las empresas chinas en la realización de las obras en general que impactarán negativamente sobre el empleo y la producción local
Un informe elaborado en septiembre de 2014 por la Cámara de Industriales de Proyectos e Ingeniería de Bienes de Capital (CIPIBIC) fue un solitario llamado de atención sobre los alcances de la llamada “alianza estratégica integral” entre la Argentina y China. La entidad señala en el trabajo que el acuerdo “si bien plantea oportunidades para Argentina y los países de la región, también establece importantes desafíos, sobre todo en lo que respecta al desplazamiento o la ‘sustitución inversa’ de muchos bienes de capital nacionales por importaciones chinas y, en consecuencia, la profundización del cuadro de dependencia tecnológica existente”.
Más adelante, CIPIBIC resalta que, en la actualidad, el gigante asiático concentra “casi el 20% de las importaciones locales del sector, al tiempo que para inicios de la década su participación era de apenas el 2,6% del mercado. Este crecimiento tuvo como contrapartida la caída de los proveedores tradicionales, como Estados Unidos, que perdió 13,2 puntos porcentuales de participación en el total de las importaciones argentinas de maquinarias y equipos” (el avance de China en la provisión de bienes de capital implicó también en el período 2007-2013 el desplazamiento de Brasil en el ranking de participación por país).
El informe que integra la segunda parte del “Manual de Fomento Industrial” presentada en noviembre pasado por CIPIBIC destaca que “la creciente penetración de China no resulta ser un fenómeno característico de la Argentina, sino que es de alcance regional. Aunque inicialmente la inserción de productos chinos en la región fue traccionada por bienes de capital seriados, en los últimos años se incorporaron diversos rubros no seriados, lo que denota el acelerado proceso de especialización china en sectores con mayor valor agregado”. En el caso específico de la Argentina, se identifican, entre otros productos, los casos de inyectoras para la industria plástica, tonos y varios tipos de máquinas herramienta, grandes estructuras metálicas, plantas de silos, transformadores eléctricos, vagones ferroviarios, turbinas hidroeléctricas y generadores eólicos.
Por otra parte, la entidad observa que “el crecimiento de las importaciones de origen chino durante los últimos años afectó múltiples rubros de producción local que presentan una consolidada trayectoria productiva doméstica y alta capacidad sustitutiva, incrementando su componente importado. En efecto, el conjunto de bienes superavitarios, con elevado potencial sustitutivo registró un notorio crecimiento de la importación china, pasando de explicar el 5,1% al 15,5% del mercado de importación argentino entre 2005 y 2013”.
El trabajo sintetiza que “más allá del desplazamiento que ejerce el gigante asiático sobre los tradicionales proveedores de bienes de capital, se verifica, salvo excepciones, un incremento de la penetración china en diversos productos específicos pese a contar con una capacidad efectiva o potencial para sostener una dinámica local de sustitución de importaciones”.
A título ilustrativo, CIPIBIC subraya que “el acuerdo establecido entre la Argentina y China en materia de financiamiento para las nuevas centrales hidroeléctricas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic de la provincia de Santa Cruz, en el marco del cual el gigante asiático se comprometió a financiar algo más de 4.700 millones de dólares, las cuales tendrán un efecto de ‘sustitución inversa’ importante dado que varios de los componentes principales serán producidos y abastecidos por China, pese a que localmente existe capacidad productiva para fabricarlos”.
En síntesis, el informe sostiene que “el efecto ‘sustitución inversa’ de la producción local de bienes de capital por la de origen chino, sumado al desplazamiento de las exportaciones argentinas en el mercado de importación brasileño, dan muestra suficiente de la expansión y el liderazgo que logró ejercer China dentro de la economía internacional, posicionándose como proveedor de productos industriales de alto nivel agregado y contenido tecnológico”.
Por último, CIPIBIC afirma que “es de esperar que estas tendencias tiendan a profundizarse en el tiempo a partir del último acuerdo suscripto entre la Argentina y China. La expansión de la oferta de bienes de capital originarios del país oriental, en conjunción con su creciente demanda de productos primarios, reforzaría las tendencias a la reprimarización de la estructura productiva doméstica y el desplazamiento de los fabricantes nacionales de bienes industriales; por ende, profundizaría la dependencia tecnológica de nuestro país. De modo que si la ‘alianza estratégica integral’ con China tiene como supuesto continuar con las tendencias registradas a la fecha, queda al descubierto que, más allá del ropaje discursivo, su contribución al desarrollo tecnológico y la agregación de valor en la Argentina será exigua”. Más claro…