Las relaciones entre China y América Latina han tenido más implicaciones estratégicas en la actual transición de poder político y económico internacional, en particular, sus vínculos energéticos han sido testigos de grandes avances de cooperación entre industrias de petróleo y gas. La cooperación energética de China con América Latina se compone, en una parte nada despreciable, de cambios en curso en energía en el occidente del hemisferio. Las compañías petroleras chinas recurren a diferentes formas de cooperación energética: comercio de petróleo crudo, inversión, préstamos a cambio de petróleo, compra de equipo técnico, fusiones y adquisiciones, etc. Comparado con otros países de América Latina, el modelo chino-venezolano destaca como ejemplo único que puede explicar la dinámica de cooperación petrolera de dos países, desde la perspectiva gubernamental y de las corporaciones