Fuente: SoyFerroviario
“La empresa sigue siendo de los Cirigliano y lo de los chinos no ha sido, hasta el momento, más que un rumor”, indicó Ezequiel Peralta, vocero de los delegados de Tatsa y Emfer que denuncian un “vaciamiento de la empresa”.
El conflicto laboral en Tatsa y Emfer, dos empresas del Grupo Cirigliano, pone en evidencia los problemas de la nueva política de transporte del Gobierno tras la masacre de Once.
El Ministerio de Trabajo destrabó el conflicto por salarios atrasados, pero los delegados reclaman una reunión con Transporte para garantizar la fuente de trabajo de 450 empleados.
Damián Solanas, en temas ferroviarios señaló que “las compras de material a China se hicieron sin evaluar las capacidades que tiene la Argentina como país que producía bienes ferroviarios y en los contratos no hay nada sobre transferencias de tecnología o la utilización de los talleres de Emfer”.
Desde hace un mes, apuntan los trabajadores, los Cirigliano han comenzado a llevarse gran cantidad de material de la planta. También hubo un atraso este mes en el pago del salario y aguinaldo. Los empleados mantendrán la toma hasta ese día pero se comprometieron a no hacer piquetes sobre la General Paz.
El martes, las fuerzas de Gendarmería habían reprimido con dureza un piquete sobre la General Paz, bajo la dirección del secretario Sergio Berni. En tanto, hay voces en el gabinete que expresaron malestar porque el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, no aporta soluciones desde su cartera.
La planta industrial ubicada en el partido de San Martín pertenecía hasta 1995 a Fabricaciones Militares. Fue adquirida por el grupo empresario y durante el gobierno kirchnerista fue un engranaje de los negocios ferroviarios auspiciados por la secretaría de Transporte bajo la dirección de Ricardo Jaime.
Los talleres de Emfer realizaron reparaciones y acondicionamiento de vagones para las líneas Mitre y Sarmiento, además de otros trabajos para el resto de los ramales.
Con la tragedia de Once, ocurrida el 22 de febrero de 2012, la relación con el grupo empresario se enfrió y la gestión de transporte fue traspasada desde el Ministerio de Planificación de Julio De Vido a la cartera de Randazzo en julio de 2012.
Esta transición afectó a la planta industrial en San Martín, con menos trabajo para el taller ferroviario y la empresa que producía carrocerías de ómnibus y camiones (Tatsa).
Sin confirmación oficial, trascendió que los talleres podrían ser adquiridos por la empresa china CSR Corporation, a la que el Gobierno compró 700 vagones para el Sarmiento c