Fuente: Clarin.com
El “doble discurso” que caracterizó al oficialismo va camino a extenderse a los negocios vinculados con los ferrocarriles.
El ministro de Interior y Transporte, Aníbal Florencio Randazzo no deja pasar ocasión alguna para atacar la supuesta “cartelización” que existe entre los contratistas locales la hora de licitar las obras de infraestructura y modernización de las redes ferrovarias.
Pero, desde principios de este año no ha parado de comprar trenes en forma directa y sin ninguna clase de licitación pública e internacional a empresas estatales de China.
Tras haber adquirido un paquete total de 709 coches eléctricos para los ferrocarriles metropolitanos Sarmiento, Mitre y Roca a la empresa CNR; ahora Randazzo se apresta a cerrar otra adjudicación directa del orden de los US$ 70 millones con la compañía china CSCR.
Esta vez lo que está en juego es la provisión de un nuevo mecanismo de detención autómatica para los trenes urbanos que se instalará en forma prioritaria en las formaciones de las líneas Sarmiento y Mitre.
Antes de la firma del contrato con la empresa CSCR que está previsto para los próximos días, el Gobierno procederá a dar por caída la licitación que viene llevando adelante desde hace casi un año para instalar un “sistema integral de señalamiento” en la línea Sarmiento.
El flamante titular de la Administración de Infraestructuras Ferrovarias (ADIF), Ariel Franetovich, ya recibió la orden de anular esa licitación con el argumento de que las dos ofertas en pugna superaron ampliamente el presupuesto oficial. Frente a un precio de referencia fijado en $ 654 millones, el consorcio de la constructora local Roggio y la francesa Thales cotizó la obra en $ 899 millones sin IVA, mientras que el otro grupo oferente de EMEPA y la francesa Alstom pasó un precio más alto de $ 997 millones más IVA.
Tal como había anticipado Clarín, la compra directa del “mecanismo automático de protección de trenes” es el atajo que tomó el Gobierno para tapar el fracaso de la licitación y corregir parcialmente las marcadas fallas de seguridad de la línea Sarmiento que salieron a la luz con las tragedias de Once y Castelar.
El nuevo mecanismo–que se instalará en un plazo de siete meses en las formaciones del Sarmiento y Mitre–permitirá reducir la velocidad y detener los trenes ante cualquier error de los maquinistas y violación de las señales en “amarillo y rojo”.
El mecanismo de protección también se colocará en los trenes nuevos que van a llegar a partir de 2014 y en el resto de las líneas metropolitanas, con excepción de los servicios eléctricos del Roca que ya cuentan con ese dispositivo.
A la misma empresa china CSCR, el Gobierno también le compraría antes fin de año y en forma directa el “señalamiento integral” para la línea Sarmiento. Al igual que en las operaciones anteriores, pagará casi de contado: el 30% al firmar el contrato y el resto, a medida que lleguen los equipos.