Fuente: El Confidencial.com
China necesita y quiere abrirse a los mercados internacionales. En los últimos meses, el Gobierno del gigante asiático ha adoptado diversas medidas encaminadas a ese objetivo y, sobre todo, a atraer a los inversores extranjeros.
El coloso asiático comienza a darse cuenta de lanecesidad de formar parte de los mercados internacionales si quiere que el país ocupe una posición cada vez más relevante en la economía mundial. Y se ha puesto manos a la obra para ello.
En este sentido, la última medida adoptada ha sido la creación de un mercado de futuros de bonos, que esperan que esté en funcionamiento para el verano. Este será la primera bolsa de futuros del país que no esté vinculada con las materias primas, ya que las otras tres que hay en China se dedican a la negociación de commodities.
Y, precisamente, la bolsa de Shanghái anunció recientemente también su intención de convertirse en una empresa estatal para llegar a ser el principal mercado de futuros de la región Asia-Pacífico en 2017.
No obstante, los mayores pasos que ha dado el Gobierno del gigante asiático parafomentar la inversión internacional en el país son el aumento de las cuotas que permite a los extranjeros y la directiva que obliga a las empresas a repartir dividendos.
El presidente de la Comisión Reguladora del Mercado de Valores en China, Guo shuqing anunció a mediados del mes pasado que el país tenía pensado incrementar de manera significativa sus cuotas de inversión extranjera, que podrían incluso multiplicarse por 10%.
Previamente, en abril de 2012, el supervisor ya había ampliado el programa de Inversores Institucionales Extranjeros Calificados denominado en yuanes (QFII) hasta 80.000 millones de dólares y el denominado en Renminbi (QFIIR) hasta 70.000 millones.
Dado que el volumen de cuotas asignados actualmente a los extranjeros se sitúa muy por debajo de estas cifras (37.440 millones de dólares a finales de 2013), el nuevo aumento de las cuotas llama poderosamente la atención e invita a pensar a que China tiene previsto flexibilizar los requisitos y ampliar notablemente el flujo de dinero internacional que entra en el país.
El otro gran aspecto que quiere potenciar el Gobierno chino es el pago de dividendos. La Bolsa de Shanghái publicó en enero una directiva que obligará a las empresas arepartir al menos un 30% de sus beneficios anuales en dividendos para sus accionistas. Hasta ahora, las 994 empresas listadas en este índice, entregan de media el 2,5% de sus beneficios en retribución el accionistas.
Además, para fomentar la inversión individual a largo plazo, China también anunció el año pasado que dividiría a la mitad el impuesto sobre los dividendos obtenidos en bolsa para los accionistas que mantengan sus participaciones durante al menos un año.