Fuente: Mauro Restifo para SURsuelo
La Sociedad Anónima Noble abrirá un puerto propio en Paraguay para cumplir con su cometido: abastecer a China a bajo costo. Otra muestra de la ofensiva imperialista luego de remover al presidente Lugo. Noble Group, Noble Grain, Noble Argentina, Noble Paraguay, etc. La lista es mucho más larga. Pero una enumeración, aunque sea discreta, alcanza para ponerse en tema sobre qué es Noble. La propia empresa, para borrar cualquier posibilidad de equivocación, se encarga en su sitio oficial de explicar el objetivo que persigue: “Noble sigue una estrategia a largo plazo de construir capacidad de bajo costo de abastecimiento desde países como Argentina, Australia, Brasil e Indonesia, y ofrecer a los mercados de alto crecimiento de la demanda como China, India y Oriente Medio”.
Clarito. ¿Cuáles son estos productos? También se encargan de aclararlo. Estamos hablando de “una compañía diversificada de oferta de recursos naturales gerente de la cadena de productos agrícolas, de la energía y los metales, minerales y menas. Las operaciones globales de Noble son la minería, la agricultura, el procesamiento, los puertos, el transporte y la comercialización”.
Ahora bien, esta empresa que opera desde más de 140 ubicaciones a nivel mundial, tiene un perfil netamente parasitario en la cadena de comercialización agraria. El objetivo es obtener ganancias de la intermediación entre los países “baratos” y los países que crecen a grandes saltos. Lo primero que hace es identificar quienes son los que cumplen cada rol. Más parecido que nunca al modelo de país agroexportador sin valor agregado. Pero más disfrazado que nunca a través de lo que se llama industrialización en el campo.
“Noble sigue una estrategia a largo plazo de construir capacidad de bajo costo de abastecimiento desde países como Argentina, Australia, Brasil e Indonesia, y ofrecer a los mercados de alto crecimiento de la demanda como China, India y Oriente Medio”
Esta “industrialización mentirosa” no es ni más ni menos que la ejecución de algún proceso en los bienes primarios como puede ser el “crushing”. Esta porción del proceso es apropiada íntegramente por transnacionales como Bunge, Dreyfus, Cargill, AGD, etc., incluyendo como actor fundamental a la propia Noble. No se cae ni una gota del vaso de las multinacionales. El negocio reservado es claramente oligopólico.
Noble, el gestor de la cadena
“Noble es un gestor de la cadena de suministro global de productos agrícolas y de energía, metales y minerales”, según Wikipedia.
Muchas veces escuchamos en los discursos políticos que los intermediarios, los formadores de precios, son el problema del encarecimiento de los precios. Se señala a aquellos que se apropian de una parte de la cadena, haciendo el pasamanos, como los culpables de evitar la redistribución de las riquezas. A diferencia de los productos del mercado local, los commodities tienen un precio de referencia mundial. Por lo tanto, el precio no aumentará porque el intermediario se quede con una parte sino que lo que caerá es el precio que percibe el productor.
“El objetivo es obtener ganancias de la intermediación entre los países ‘baratos’ y los países que crecen a grandes saltos”
Este es el rol que viene ocupando de manera creciente la empresa Noble. Su progresiva inserción en los sectores de la cadena reservados exclusivamente para las transnacionales como la refinación, el acopio y el comercio, le otorga la posibilidad de pujar al interior del esquema productivo nacional. Paraguay está sufriendo una transformación que se orienta hacia ese destino.
El puerto de la ciudad de Villeta permitiría llegar a las cuatro millones de toneladas comercializadas, duplicando su capacidad actual. La estrategia de Noble incluye una alianza con Bunge y Dreyfus. Otras grandes empresas se desarrollan en el mismo camino. Por todo esto, el vecino país estaría casi triplicando su capacidad de procesamiento de soja. Actualmente, más del 20% de la producción paraguaya es procesada. Se espera alcanzar un 60% con estos emprendimientos. ¿Más para Paraguay? No, más para los “gestores” de la cadena.
¿Y si el intermediario es a la vez el comprador?
¿Por qué es Noble el que gestó el puerto y el que se encargó de coordinar con las demás multinacionales? La empresa ha decidido desde hace un tiempo volcarse al agro con mucha fuerza, ya que la presencia máxima la tenía en el rubro energético y minero.
Para entender el vuelco quizás sea necesario explicar qué es el CIC. El llamado China Investment Corp. (Corporación de inversiones de China) es un fondo de inversión del estado chino destinado a ayudar a las empresas para invertir en los sectores energéticos, mineralíferos y agrícolas. Este fondo que adquirió en 2009 el 15% de las acciones de Noble se presenta así: “CIC por lo general no busca un papel activo en las empresas en las que invierte, ni trata de influir en las operaciones de esas empresas”. En efecto, no busca concentrar las acciones mayoritarias de las empresas en las que invierte, sino que pretende fondearlas.
“El precio no aumentará porque el intermediario se quede con una parte sino que lo que caerá es el precio que percibe el productor”
Lo que no es cierto es que pretenda “no influir”. Sí que lo pretende y en demasía. Tanto que pretenden tener puertos por toda América del Sur. El ejemplo del Puerto de Timbúes es el más cercano para la provincia de Santa Fe. Poder manejar el flujo de las operaciones de exportación no es poco. Pero, además, el estado chino se apropia de una parte más de la cadena: la intermediación, lo que es igual a pagar menos por la soja. Si el estado nacional ejerciera la misma función, esa renta quedaría en los países productores para reinvertir, pero se le cede a los privados. Aunque en este caso el privado tiene una parte pública: el estado chino. Y ya se sabe lo que sucede cuando un estado compra parte de otro.
El BID financia a Noble
Como se informó en abril en SURsuelo, el Banco Interamericano de Desarrollo, caído en desgracia luego de su nefasta influencia durante los años ‘90, se ha lavado la cara y ahora resucita de la mano de China, integrando un fondo para desarrollar en América Latina todas las inversiones que el gigante asiático necesita (en conjunto con el Banco estatal chino Export-Import Bank).
La página oficial de Noble exhibe la siguiente información: “Noble Argentina SA, una subsidiaria de Noble Ltd. Hong Kong Group, ha recibido un préstamo de 75 millones del Banco Interamericano de Desarrollo para construir una planta de molienda de soja y complejos de exportación a lo largo de las orillas del río Paraná de Argentina”. En la misma página se toma nota de que “una cantidad cada vez mayor de la soja de Paraguay, el cuarto mayor exportador mundial de soja, son enviados por el río a los complejos de procesamiento de Rosario, Argentina, antes de ser re-exportados”.
“El llamado China Investment Corp. (Corporación de inversiones de China) es un fondo de inversión del estado chino destinado a ayudar a las empresas para invertir en los sectores energéticos, mineralíferos y agrícolas”
Actualmente, liberado el camino en Paraguay, el objetivo será ponerle fichas al vecino país para que sea una alternativa a la Argentina y a Brasil en el tema soja. Sabemos que en los juegos de oferta y demanda, quien maneja las alternativas de compra y de venta maneja todo el juego. La creciente injerencia en el complejo sojero no manejará por sí sola la oferta global, pero sí puede viabilizar o trabar las negociaciones con facilidad; a la vez, puede manejar los precios internos con la llamada “retención privada” que ejercen las cerealeras sobre los productores.
Paraguay vs. Argentina. Va ganando China
Hasta ahora un porcentaje significativo de la soja paraguaya (porotos) era traído a la Argentina para su procesamiento y su posterior re-exportación. El esfuerzo paraguayo será en adelante auspiciar la instalación de empresas que ejecuten ese proceso en su propio suelo. Con esto, las terminales portuarias privadas presentes en ambos países cobran un poder mayor. Es decir, que pueden elegir por donde comerciar, en cual país tributar y presionar más. Y como dijo Patrick Yau, analista de Macquarie Group Ltd. en Hong Kong: “Lo que China necesita, Noble ayuda a proporcionar”.
La última medida de la que se habla en Paraguay tiene que ver con una reforma impositiva que aplicaría un impuesto a la exportación de grano y no para el grano procesado. La aparente industrialización no es más que un velo. Esto significa en realidad un subsidio multimillonario a las dos o tres industrias y traders agrícolas más grandes a nivel mundial, puesto que son las únicas que lo pueden hacer y podrán acceder a un precio que no existe para el productor común.
“Como dijo Patrick Yau, analista de Macquarie Group Ltd. en Hong Kong:‘Lo que China necesita, Noble ayuda a proporcionar’”
Los especialistas indican que China tiene pocas chances de agrandar su capacidad de procesamiento, por lo tanto se abocará a ampliarla fronteras afuera. En este sentido, gozan con el apoyo de Franco. El actual presidente paraguayo aplica en un par de meses, desde la centro-derecha, lo que CFK aplicó con un discurso de centro-izquierda: convenios con Monsanto, con las cerealeras y un esquema impositivo que favorece a los gigantes agroindustriales. Estos cambios se parecen cada vez más a la ya caída en desgracia “Reforma Estructural” que propuso el Consenso de Washington en la década del ‘90. El plan sistemático para erradicar las producciones nacionales obligó a hacer varias modificaciones.
¿A qué obliga Noble?
Noble obliga a cederle una parte del negocio, a captar como intermediario omnipresente el porcentaje correspondiente a la comercialización. Omnipresente porque de veras está en todos lados. Al menos en los más importantes. Entre los exportadores de soja, Brasil, Argentina y Paraguay sólo están por detrás de Estados Unidos. En tanto, China es el principal consumidor.
Por ende, manejar las terminales portuarias en tres de los cuatro exportadores más importantes, aglutinando además a otras multinacionales tiene un porqué, el que todos conocen: la concentración, el monopolio y la penetración económica.
“Entre los exportadores de soja, Brasil, Argentina y Paraguay sólo están por detrás de Estados Unidos. En tanto, China es el principal consumidor”