Fuente: Energia Estrategica
¿Llegó la hora de aplicar políticas proteccionistas? Los capitales asiáticos exigen que en los grandes parques se utilicen equipos – sistemas fotovoltaicos y aerogeneradores– procedentes del país de origen. Un mercado que debate entre ser consumidor o productor. La experiencia de las empresas locales.
En Europa el ingreso de sistemas fotovoltaicos, aerogeneradores, y equipamiento para el sistema eléctrico, provenientes de China, hizo estragos. Luego de varios años, los Estados de la comunidad aplicaron aranceles contra los productos terminados, al igual que Estados Unidos, alegando anti-dumping.
En los países subdesarrollados el panorama es aún más desalentador, por la menor eficiencia de las tecnologías, la presión tributaria y el alto costo de mano de obra. Argentina no es la excepción, sino por el contrario, uno de los países más débiles, por las dificultades para conseguir financiamiento.
Los proyectos en energías limpias movilizaron 270.000 millones de dólares en 2014, mientras que China fue de lejos el país que realizó la mayor inversión, con 83.300 millones.
Es así como suelen llegar capitales frescos, ansiosos por construir parques solares y eólicos, con capacidad para establecer las condiciones en los contratos. En realidad, el sector energético en su conjunto se ve atravesado por este problema, por las altas tasas de interés en los mercados internacionales y la decisión geopolítica de alineamiento. Lo mismo ocurre con Vaca Muerta y los hidrocarburos no convencionales.
¿Cómo es posible que haya tantos inconvenientes para introducir insumos que luego recibirán valor local mientras que los aerogeneradores, sistemas fotovoltaicos y calefones solares entran sin restricciones? No se entiende, en un contexto de caída de la balanza comercial y complicaciones para conseguir divisas.
Como el grado de desarrollo de la industria es incipiente, en el sector subyace un debate acerca de la conveniencia de formar un público consumidor local, personal especializado y mayor difusión sobre las energías renovables, a cuestas de la presencia extranjera. ¿Conviene a cualquier costo? Es la pregunta que discuten puertas adentro.
Margherita Salmaso, directora LV-energy LUMINS, empresa que cuenta con una fábrica de paneles solares en San Luis, sentó posición sobre el tema. “el error en la industria fotovoltaica, como en otras renovables, es subsidiar el cliente final, y no la oferta”.
La directiva advierte que corren peligro las firmas nacionales y por eso propone un giro en la política de importaciones: “habría que diferenciar el tratamiento de celdas o insumos de los productos terminados”. Asegura que la nomenclatura lo permite, a través de distintos códigos. Sugiere aplicar aranceles a los equipos asiáticos.
Sustentabilidad
Margherita explica que “la sustentabilidad es un cruce, un lugar donde se encuentran el respeto por el medio ambiente, la comunidad local, la sociedad y el respeto por los principios económicos. Se tiene que fomentar el desarrollo local y generar riqueza aumentando el bienestar de la población local”.
Licitaciones
Salmaso propone a las provincias que están impulsando proyectos de energías renovables que al momento de redactar los pliegos de licitación prioricen la industria nacional. Considera que no es conveniente otorgar la tecnología a los proveedores extranjeros, por más que oferten un precio relativamente más bajo.