Fuente: ValorSoja
Los profesionales del ámbito diplomático se capacitan durante años para poder decir cosas terribles de la manera más amable posible. El embajador chino en la Argentina, Yang Wanming, ofreció una lección impecable al respecto.
El embajador chino recordó que su nación tiene Tratados de Libre Comercio (TLC) con tres naciones latinoamericanas: Chile, Perú y Costa Rica. “El comercio con esos países, gracias a esos tratados, creció rápidamente”, aseguró.
“Por ejemplo, Chile, antes de firmar el TLC, era el séptimo socio comercial de China en Sudamérica; en 2006 suscribió el TLC (con China) y actualmente es el segundo mayor socio de la región con China”, agregó durante una conferencia ofrecida en un evento organizado hoy martes en la ciudad de Buenos Aires por la Fundación de Estudios Políticos, Económicos y Sociales para la Nueva Argentina (Fepesna).
Los últimos datos oficiales (Direcon) indican que en 2014 el superávit comercial de Chile con China fue de 4587 millones de dólares versus 4328 millones en 2013 (de todas maneras la mayor parte de las colocaciones transandinas en la nación asiática corresponden a materias primas: cobre y pasta celulósica).
Yang Wanming dijo que el crecimiento del comercio de China con Argentina “es muy limitado” y confió en que la relación entre ambos países tiene “un gran potencial”.
“China está activa y abierta en negociar con cualquier país un Tratado de Libre Comercio para que pueda facilitar el incremento del comercio bilateral”, sostuvo el embajador. “Argentina tiene sus ventajas: es un gran exportador de alimentos y China tiene una inmensa población con una demanda increíble de productos agrícolas”, añadió.
Argentina viene registrando desde 2008 un déficit comercial creciente con China. En 2014, según datos oficiales del Indec, dicho déficit fue de 5789 millones de dólares. Pero un TLC Argentina-China es inviable en la actual coyuntura política porque el mismo implicaría –entre otras muchas cuestiones– terminar con el coto de caza privado establecido por los ensambladores de celulares, electrodomésticos y artículos digitales.
“Argentina es uno de los socios estratégicos, junto con Brasil y México, de América latina, y es una prioridad de nuestra diplomacia; la relación entre ambos países, no sólo en lo comercial, sino también en el intercambio cultural, ha cobrado muchos éxitos con esfuerzos mancomunados de ambas partes”, señaló el embajador.
“Esperamos que el año próximo, con el nuevo gobierno de Argentina, podamos mantener una relación más sana, más estable y más duradera con el fin de beneficiar a los pueblos de ambos países”, añadió.
Yang Wanming dijo que China tiene como objetivo “elevar el valor agregado del paquete de comercio bilateral a fin de promover un desarrollo más equilibrado de las relaciones comerciales entre China y Argentina”.
“El mercado de China está abierto a productos argentinos: no pretendemos tener superávit comercial ni ponemos barreras comerciales”, aseguró. Aunque tal afirmación no es cierta: China mantiene cerrado el ingreso a su mercado de muchos alimentos argentinos, tales como cortes bovinos enfriados, carne ovina, carne porcina, chacinados, legumbres, limones, cerezas, uvas frescas, duraznos y arándanos, entre otros.
Por si el mensaje del embajador chino no quedó claro, el mismo fue “traducido” por Diego Guelar, secretario de Relaciones Internacionales del PRO, quien también participó del evento organizado por Fepesna.
“No debemos confundir de ninguna forma, especialmente en un año electoral, las diferencias que tenemos entre gobierno y oposición con el extraordinario fenómeno de la alianza estratégica con China. En esto todos tenemos que colaborar en marcar esa diferencia; tenemos que cuidar ese relacionamiento”, sostuvo Guelar.
“Lo que viene, gane quién gane (las elecciones presidenciales), es mucha más relación (entre ambas naciones). Lo que tenemos que desarrollar juntos es la calidad de esa relación”, agregó.
Guelar remarcó que las asimetrías existentes en la relación entre ambas naciones –cuya principal evidencia es el abultado déficit comercial argentino– es producto de deficiencias locales.
“Cuando hablamos de simetría (en las relaciones), no tenemos que mirar al gobierno chino, a su embajador ni a sus empresarios; tenemos que mirarnos a nosotros mismos para que las asimetrías se resuelvan con mejor calidad de comercio y mayor volumen de inversiones”, afirmó.
“El fantasma que tenemos que dejar de lado es pensar que existe una amenaza, una actitud imperial o neocolonial, por parte de China. Existe un reconocimiento absoluto (por parte de China) de nuestra condición soberana, lo que sucede es que la soberanía hay que ejercerla. El control radarizado de fronteras o el control satelital del mar: no tenemos nada de eso y este país es un colador; a mí me gustaría que alguien me explique cómo existe un país soberano sin control territorial. Pero de eso no le podemos echar la culpa a nadie: es una decisión que tenemos que tomar nosotros”, concluyó.