Fuente: La Nacion
En encuentro con la prensa argentina en la sede central de Sany en esta ciudad, el presidente de la compañía, Wenbo Xiang, habló sobre las perspectivas de crecimiento de la empresa en la Argentina y la situación de la economía china.
-¿En qué sectores Sany ve oportunidades en la Argentina?
-En las energías limpias, renovables, como la eólica; en la construcción industrializada de viviendas y en nuestra área de fortaleza tradicional, que es la maquinaria para la construcción. Hemos prestado mucha atención al desarrollo de América latina. Al principio, Brasil, por ser un país importante en la región, fue el elegido para hacer nuestra inversión. Sin embargo, hoy enfrentamos muchos problemas allí por la caída de la economía, la inestabilidad de la tasa de cambio de la moneda con el dólar, y un sistema tributario que es un dolor de cabeza para nosotros. Tenemos buenos negocios con Venezuela, aunque ahora también padece dificultades. Sobre la Argentina tengo poco conocimiento, pero sé que es uno de los países más ricos de América latina y tiene una base industrial bastante buena.
-¿Puede la Argentina compensar el retroceso de Brasil y Venezuela?
-Así es; es lo que yo espero.
-¿Qué tienen en cuenta para decidirse a ir a un país?
-Primero, si hay oportunidad y espacio para nuestro desarrollo. Luego, que haya un ambiente estable tanto en lo social como en lo económico, especialmente en el tipo de cambio. El tercer factor es la actitud de la sociedad hacia la inversión extranjera, si es amigable o no. El cuarto punto podría ser si la política tributaria. También vemos si el país cuenta con ingenieros y técnicos bien calificados; si dispone de materias primas locales, transporte, energía, infraestructura.
-La Argentina tiene problemas en varios de esos frentes.
-Aún estamos en una etapa muy preliminar en el desarrollo de un nuevo negocio. En cuanto entremos en una etapa sustancial de inversión, ahí sí tendremos que profundizar nuestros estudios. Lo que predomina en el rumbo del desarrollo de un país no necesariamente son sus recursos naturales, sino su tecnología, los talentos humanos, el sistema jurídico y legal, la estabilidad política y económica.
-¿Cómo se adaptan los chinos a países con otra cultura de trabajo?
-Normalmente nos adaptamos, pero tenemos derecho a elegir. En aquellos mercados en los que podamos adaptarnos vamos a hacer negocios, en donde no podamos simplemente nos paramos, no avanzamos.
-¿Es lo que están haciendo en Brasil?
-No estaba criticando a Brasil, sino que cada país tiene su idiosincrasia, sus peculiaridades. Seguramente nosotros no hemos sido capaces de entender esos sistemas tributarios, pero seguramente los brasileños los podrán entender. A veces son problemas de traducción. No tuvimos más opción que parar.
-¿Podrían irse de Brasil?
-Nunca saldremos de Brasil pero sí tenemos opciones de elegir con quién estar. Parar es estudiar y ver cómo asociarse con locales. Vamos a buscar nuevas mentalidades para el desarrollo.
-A fin de año, es probable que la OMC declare a China como economía de mercado, sin embargo, hay muchos países y empresarios que están en contra porque dicen que China exporta con subsidios y ayudas del Gobierno, ¿Qué opina?
-China ya está aplicando una economía de mercado. Hoy en día más del 70% del empleo es generado por el sector privado. Y hay muchísimas multinacionales europeas y norteamericanas fabricando aquí. Todas ellas son testigos de que somos una economía de mercado porque nacieron y funcionan en una economía de mercado. Entre las 500 multinacionales más poderosas del mundo casi nadie está fuera de China. Aún tenemos una cantidad de empresas estatales, sin embargo, no representan el cuerpo principal de la economía. Los elementos productivos, como la mano de obra, el financiamiento y los insumos, son combinados por el mercado.
-Ya que menciona la mano de obra, ¿cuánto ganan en promedio los empleados de Sany?
-El ingreso per cápita dentro del grupo es de 100.000 RMB [la moneda china] al año, que serían unos 1300 dólares por mes. Es uno de los problemas del desarrollo de China, el aumento gradual de los ingresos.
-Una de las acusaciones de los que no quieren que China sea una economía de mercado es que los sueldos en China son muy bajos.
-Totalmente equivocado. Es un error demasiado notorio. Si el costo de mano de obra es barato, ¿por qué algunas empresas han trasladado sus fábricas a la India, Vietnam y Tailandia?
-¿Cuál es la diferencia entre lo que gana un obrero y un alto ejecutivo?
-Hay una diferencia grande porque algunos obreros trabajan por hora o por pieza producida; otros, los comerciales, ganan según sus ventas, etcétera. Como presidente, mi salario es 500.000 RMB al año, tan sólo cinco veces más alto que el promedio. Ustedes también mencionaron lo de los subsidios del gobierno. Eso también está equivocado, casi no tenemos subsidios, sino la devolución de impuestos por las exportaciones. Si usted no vende en China, entonces lo que cargó tiene que ser devuelto. Muchos países lo hacen. Lo que China hizo durante décadas en realidad está en contra de la corriente mundial porque las multinacionales aquí tienen un trato preferencial, mejor que el que reciben las empresas chinas. Durante décadas, el impuesto sobre la renta para una empresa china fue del 25% y, para las extranjeras, del 15%. Si el mundo no reconociera el estatus de economía de mercado de China sería injusto.
-Las denuncias apuntan más a lo que hacen las empresas chinas en otros países, por ejemplo, lo que pasa con Techint y su competencia china en la Argentina
-Entiendo que ese proyecto ya es de los gobiernos de los dos países, no es puramente comercial. Así que si no se tratara de un proyecto gubernamental no se podrían lograr ciertas condiciones. Y es una práctica internacional. El gobierno chino está brindando créditos preferenciales a muchos gobiernos extranjeros, promoviendo a las empresas de su país, no es algo que esté en contra de la ley. El mundo está hablando del precio del acero en China, porque aquí es mucho más económico y tiene su razón. En este sector, el de la siderurgia, hay que usar mucho coque, carbón y electricidad, y China es un país muy abundante en carbón por eso es muy económico. El acero chino tiene un costo bajo porque tiene un costo de producción más económico, no tiene dumping. Detrás de estas polémicas está el interés, pero no tiene mucho que ver con la masa popular, sino con las empresas. Desde el punto de vista de la Argentina, el acero barato podría ser bueno, sin embargo, para Techint no es bueno. Todo es relativo.
-Pero si Techint entra en crisis puede haber despidos, con consecuencias sociales y de conflictos gremiales.
-No solo Argentina, sino América latina en general tiene ese problema de desarrollo por el tema sindical. Siendo chino me parece raro que un latinoamericano no pueda vivir felizmente, disfrutando una vida de riqueza, con recursos tan abundantes. China, en cambio, es un país tan poblado, con más de 1400 millones de habitantes, y una tierra extremadamente pobre.
-La “maldición de las materias primas”.
-No estoy de acuerdo, tiene mucho que ver con la mentalidad para el desarrollo, no busquen excusas.
-La Argentina exporta a China poco valor agregado, ¿Cómo podría cambiar eso?
-Debería tener una política totalmente abierta para atraer tecnología para procesar sus materias primas. No sólo generaría empleo localmente, sino valor agregado.
-¿Y qué sucede en China? Hay una capacidad ociosa importante.
-Hay ciertos problemas, que surgen porque China está en el camino del desarrollo. Este desarrollo extremadamente rápido ha generado problemas ambientales. Segundo, el aumento progresivo del costo laboral. Otra cuestión es el envejecimiento de la población. Internacionalmente tenemos otros problemas. Convertirnos en la segunda potencia económica del mundo ha traído desafíos para el viejo orden político y económico internacional.