Fuente: TN
Vienen con sus imponentes buques. Se ponen en fila al borde del límite de aguas internacionales en el mar argentino, cerca de la costa de Puerto Madryn. Se cree que se llevan alrededor de 1 millón de toneladas de calamares, que generan unos 14 mil millones de dólares. Telenoche mostró cómo es la desenfrenada pesca ilegal que producen decenas de barcos chinos, y de otros países, en la Argentina.
Para Milko Schvartzman, especialista en temas de pesca ilegal, hay una situación complicada porque todo parte desde el Estado chino. “No hay control. Ingresan ilegalmente y se refugian cerca de Malvinas. El gobierno de China es responsable de esta actividad. Hay que denunciarlo en las Naciones Unidas”, le contó a Eddie Fitte, que viajó al sur.
La mecánica es la siguiente. Los buques llegan de a poco, se instalan por la noche en el límite artificial entre el Mar Argentino y aguas internacionales, tienen un sistema muy caro de pesca y muy efectivo, y trabajan toda la madrugada. “Algunos deciden pescar del lado de Argentina. Se da todo frente al Golfo San Jorge y al borde de la zona económica exclusiva, a 200 metros de la Costa”, explicó Guillermo Caille, oceanógrafo.
Cuando alguna patrulla de la Prefectura observa que una embarcación hace este procedimiento ilegal, se inicia un proceso de identificación para que no continúen. En 12 años hubo 69 buques ilegales frenados. El jefe de Servicio de Buques Guardacostas, Mario Farinón, dijo que primero se inicia un código de indentificacion para que se detenga, luego se hace un protocolo de actuación para detener el barco y finalmente se lo detiene.
En marzo, hubo una persecución de dos barcos. Uno, el “Hua Li 8”, perteneciente a una flota de origen chino, estaba pescando calamares dentro de la Zona Económica Exclusiva Argentina, a la altura de la boca del Golfo San Jorge. La búsqueda duró 4 días e incluyó tiros. La embarcación se escapó hacia Uruguay. Las imágenes llegaron a TN y la Gente.
El otro barco fue el “Lu Yan Yuan Yu 010”, que pescaba ilegalmente, cuando fue advertido por los radares del guardacostas GC-26 Prefecto Derbes. Se puso en marcha entonces el protocolo de disuasión, que consistió en una serie de advertencias sonoras y visuales y en un intento de abordaje. Finalmente fue hundido.
La imagen del desastre es la que se ve en Puerto Madryn. Hace un año que está abandonada una de las embarcaciones secuestradas por la Prefectura. El barco está plagado de ratas y con riesgo de hundimiento, es la muestra patente del desenfreno de la pesca ilegal.