Fuente: La Nacion
Primero, se atacarán síntomas que requieren atención urgente, para después ir por los males de fondo. Antes de asumir en diciembre, el equipo económico de Mauricio Macri tiene previsto viajar a Nueva York, para entrar en contacto con los representantes de los holdouts, y enviar una delegación a China, para negociar con el Banco Popular una ampliación del préstamo (el llamado swap) otorgado al Banco Central (BCRA), señalaron anoche fuentes del equipo ganador.
Fortalecer las reservas del Central y mejorar el frente externo para atraer dólares frescos son dos de las claves en el corto plazo para poder empezar a desarmar el cepo cambiario, tal vez una de las herencias más complicadas que deja el kirchnerismo.
Macri asumirá con un mercado cambiario desdoblado, con una brecha de más del 60% entre el dólar oficial y el paralelo y con un BCRA que prácticamente no tiene poder de fuego, con el 100% de sus reservas prestadas y muy pocos activos líquidos para capear la demanda dolarizadora del mercado.
De ahí que la idea de abrir el cepo en la primera semana de gestión, tal como había prometido en un primer momento el propio Macri y se habían encargado de repetir sus principales economistas, parece cada vez más complicada. Pero un ajuste del tipo de cambio será la antesala para poder ir liberando en los primeros días la demanda de nuevos importadores y empresas que deseen hacerse de divisas, así como también de ahorristas, a quienes luego se les iría elevando gradualmente el límite para la compra de dólares hasta recuperar el máximo de US$ 2 millones mensuales, que existía hasta octubre de 2011, previo el cepo.
Los más de US$ 9000 millones que se acumulan de importaciones impagas, tal como confirmó en la semana que pasó Rogelio Frigerio, uno de los voceros económicos que eligió Macri durante la campaña, se saldarán con un bono. “Tenemos en el cepo cambiario un problema del pasado que se debe administrar con mucho cuidado, hablando con las empresas y viendo qué hacer con ese stock de problemas, esas importaciones y transferencias de utilidades que no se han permitido hacer”, dijo Frigerio, días antes del ballottage.
También se eliminarán en los primeros días de gestión las retenciones a las economías regionales, al trigo y al maíz, y se reducirán las de la soja. Una vez más, la intención es dar señales a todos aquellos que vienen acopiando granos para que se animen a liquidarlos y transformarlos en dólares para la economía.
El desafío de más largo plazo no será sólo reoxigenar la actividad económica -el PBI crecería apenas 0,6% este año-, sino además ir morigerando la inflación, que según las estimaciones privadas se ubicará este año en torno al 27%.
El equipo económico macrista planea acercarse a gremios y empresarios para contener las presiones salariales. Si bien cuentan con que ya gran parte de los precios de la economía descontó una devaluación del tipo de cambio oficial, saben que, como mínimo, ante un ajuste habrá tensión entre los agentes económicos. “Para todos el dólar es más cercano a $ 14. Mirando la canasta básica de bienes y servicios, el 80% de los precios están atados al contado con liqui o al paralelo -dijo recientemente Alfonso Prat-Gay-. El resto toma el oficial, pero sólo para algún insumo. Si se puede llevar el dólar único a 12 o 13, estás bajando el tipo de cambio incluido en los precios.”
Ocho claves del plan económico
1. El peso de la inflación en dos dígitos
La inflación proyectada para este año para la Argentina por economistas y bancos es del 27%, aunque tanto la Dirección de Estadísticas de la ciudad como las consultoras privadas afirman que, a doce meses, en la actualidad oscila entre el 23 y el 25%. Para el año próximo llegaría al 34%, aunque algunas firmas, como Capital Economics, la estiran hasta el 50%. No obstante, desde la intervención del Indec, nadie sabe cuál es la suba de precios.
2. Actividad estancada hace cuatro años
La economía tendría un crecimiento real del 0,6% durante este año, lo que es prácticamente un sinónimo de estancamiento. El Gobierno había pautado en el presupuesto aprobado para 2015 una expansión del 2,3%. Para 2016 se prevé una contracción del 0,3%, contra una suba del 3% que pronostica el Gobierno. No obstante, como sucede con la inflación, no hay datos certeros de cómo varía mes a mes el producto bruto interno.
3. Un enorme déficit público
De acuerdo con los especialistas en el frente fiscal, el rojo de este año podría llegar al 7% en relación con el PBI. El déficit fiscal que deja Cristina Kirchner es similar al que legó Raúl Alfonsín en 1989. No obstante, el ministro de Economía, Axel Kicillof, había asegurado que el rojo de las cuentas públicas sería del 3,5% del PBI. En 2004 el Gobierno tenía un superávit del 4%. Estos números reducen el margen de maniobra de la futura gestión económica.
4. Reservas del Central, en estado crítico
Las reservas nominales del Banco Central (BCRA) fueron el viernes pasado de 25.833 millones de dólares, según los datos oficiales de la entidad que dirige Alejandro Vanoli. No obstante, varios especialistas señalan que las reservas líquidas reales apenas superan los 400 millones de dólares. Desde el inicio de la gestión de Cristina Kirchner, las reservas internacionales cayeron unos US$ 22.000 millones, lo que condicionó la política cambiaria oficial.
5. Devaluación y el atraso cambiario de 2015
En 2014, pese a las propias palabras de Cristina Kirchner, el Gobierno devaluó el peso más de un 40%. Incluso, según Bloomberg, fue el país del mundo que más devaluó. Sin embargo, ya durante este año de elecciones, el Gobierno mantuvo un fuerte atraso cambiario. El ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial fue de 1,3% en 2015 frente a una inflación que, según el Congreso y la ciudad de Buenos Aires, se ubicó cerca del 2% mensual.
6. El dólar y la brecha con el blue
El atraso y el cepo cambiarios impulsados por el Gobierno, las expectativas de devaluación, las trabas a la compra de dólares y los diferentes operativos de la AFIP impulsaron cada vez más el mercado paralelo de la divisa norteamericana. La brecha con la cotización oficial terminó la semana pasada en un 60%, menor que el pico del 71% de octubre pasado, por la mayor expectativa de una unificación cambiaria con el cambio de gestión económica.
7. El derrumbe del comercio exterior
Las exportaciones argentinas terminarían el año cerca de los 61.000 millones de dólares. Es una fuerte caída frente a los US$ 84.000 millones vendidos en 2011. Se trata del volumen más bajo desde la crisis internacional de 2009. Incluso el Gobierno -según datos del informe de Intercambio de Comercio Argentino (ICA)- está cerca de perder el superávit comercial. Otro dato oficial, el de la base usuaria del Indec, estimó que ya hay déficit.
8. Con CFK, la industria pisó el freno
A pesar del discurso industrialista que recita el Gobierno, la actividad fabril caería este año un 0,4%. En nueve meses el propio Indec reconoció una baja del 0,6%. Los industriales se quejan de la falta de competitividad y el atraso cambiario. La estrella del crecimiento durante el kirchnerismo, la industria automotriz, se desploma desde el año pasado por las trabas a las importaciones, la escasez de dólares y la situación de Brasil.