Fuente: Rico al cuadrado – DERF.
El Jefe de calidad de La Rioja Televisión SA, Gustavo Vázquez, detalló sus vivencias en su viaje de negocios a la República Popular China: “Pensé encontrar fábricas con mucha tecnología, pero en realidad hay mucha mano de obra humana· Todo lo solucionan con gente”, y se mostró sorprendido por la calidad de vida de la población asiática: “No tienen muchas expectativas, pero no lo toman mal, son muy alegres con lo que les toca”
Gustavo Vázquez, Jefe de calidad de la compañía La Rioja Televisión, contó con qué se encontró al arribar a la ciudad de Ningbo, China, la cual visitó en un viaje con la finalidad de comprar insumos para su empresa: “Encontré todo lo contrario a lo que pensaba. Es una ciudad muy moderna, con muchos autos de alta gama y motos, sobre todo. Pensé encontrar fábricas con mucha tecnología, pero en realidad hay mucha mano de obra humana. Todo lo solucionan con gente, al menos en la fábrica donde estuvimos, tanto en armado como en administración”.
Con respecto a la calidad de vida de los residentes chinos, Vázquez narró: “Me sorprendió mucho, uno piensa que viven mal cuando llega, pero ellos en realidad están resignados, no tienen muchas expectativas. No lo toman mal, son muy alegres con lo que les toca. Cuando salen de trabajar se divierten, toman mucho alcohol y hay muchas salas de karaoke. Toman un vino diferente, una especie de agua de arroz. O si no vino tradicional francés”.
Sobre las preferencias culinarias de la población china, comentó: “Comen mucho, y no tienen un solo menú por día. Sirven varias comidas y cada uno elige lo que va a comer. La mayoría de los platos son hervidos, tanto el pato como el pescado y las verduras”, y, a su vez, destacó sus hábitos saludables: “No consumen azúcar ni sal, aunque las salsas contienen un poco. No se encuentran saleros ni sobres de azúcar. Si yo quería azúcar tenía que pedir, y me daban terrones. Por eso, casi no se encuentran farmacias o centros de salud”. De todos modos, mencionó la gran contaminación que presentan las ciudades: “Es como si estuviera todo el día nublado. Extrañé ver el sol”.
Por último, brindó precisiones sobre el poder adquisitivo y cómo esto se ve influido por la decisión de tener más de un hijo: “La propiedad privada existe pero es casi imposible, se tiene que tener mucho dinero. Los obreros alquilan. Sus casas no son como las de acá, viven en edificios de muchos departamentos que son propiedad del Estado. A comparación del obrero argentino, los trabajadores rasos allá ganan muy poco. Además, si desean tener más de un hijo la carga impositiva es muy alta, al punto que la calidad de vida disminuye de manera notable”.